El jefe del Kremlin, Vladímir Putin, presentó
hoy a Rusia como reserva moral y defensora del derecho internacional en
el mundo, en particular en Siria e Irán, en su informe anual sobre el
estado de la nación.
"No aspiramos a la etiqueta de
superpotencia en el sentido de pretender una hegemonía regional o
mundial. No atentamos contra los intereses de nadie (...) y no
intentamos enseñar a nadie cómo vivir", dijo Putin ante los miembros de
las dos cámaras del Parlamento.
Durante un discurso
pronunciado en la Sala de San Jorge del Gran Palacio del Kremlin,
aseguró que Rusia "quiere ser líder", pero en la defensa del "derecho
internacional, el respeto a la soberanía nacional y la independencia de
los pueblos".
Putin acusó veladamente a Occidente de intentar
"imponer a otros países un modelo de desarrollo supuestamente más
progresista" que desembocó en Oriente Medio y el norte de África en
"regresión, barbarie y derramamiento de sangre".
"Como
demostró la situación en Siria y ahora en Irán, cualquier problema
internacional debe solucionarse exclusivamente por medios políticos, sin
recurrir a acciones violentas que no tienen perspectiva y que causan
rechazo en casi todos los países del mundo", dijo.
En alusión
al conflicto en el país árabe, el líder ruso aseguró que "es nuestro
éxito común que se optara por los principios fundamentales del derecho
internacional, el sentido común y la lógica de la paz"
"Se
logró eludir, al menos de momento, la intervención militar internacional
en los asuntos sirios y la propagación del conflicto fuera de las
fronteras de la región", dijo.
Entre los aplausos de los
asistentes, el jefe del Kremlin no dudó en sacar pecho sobre el decisivo
papel de Rusia en el acuerdo para el desarme químico de Siria.
Según Putin, Rusia "hizo una contribución muy significativa a este
proceso. Actuamos de manera firme, reflexiva y sopesada. En ninguna
ocasión pusimos bajo amenaza nuestros intereses, la seguridad y la
estabilidad global".
"En mi opinión, así es como debe actuar
una potencia madura y responsable. Como resultado, los socios logramos
juntos revertir la evolución de los acontecimientos de una guerra a un
proceso político sirio para lograr la concordia civil", apuntó.
En cuanto a Irán, aseguró que los recientes avances en las
negociaciones sobre la crisis nuclear iraní son "sólo el primer paso",
al tiempo que defendió el derecho de Teherán a la energía nuclear civil.
"Es necesario seguir buscando pacientemente una solución más amplia
que garantice tanto el derecho inalienable de Irán al desarrollo de la
energía nuclear pacífica como la seguridad, y esto quiero subrayarlo, de
todos los países de la región, incluido Israel", resaltó.
Y
aprovechó para pedir a Estados Unidos y la OTAN que renuncien a sus
planes de desplegar un escudo antimisiles en Europa cuyo objetivo es
defender el continente de ataques con misiles por parte de regímenes
como el iraní, sistema que Putin tachó de "ofensivo" y una amenaza para
la seguridad de Rusia.
"Que nadie tenga ilusiones sobre una
posible superioridad militar sobre Rusia. Nunca lo permitiremos. Rusia
hará frente a todos los desafíos, sean políticos o tecnológicos",
apuntó.
Además, negó que Moscú pretenda obligar a Ucrania a
ingresar en la Unión Aduanera como alternativa al Acuerdo de Asociación
que la Unión Europea ofrece a Kiev, escenario de protestas
antigubernamentales desde hace tres semanas por la renuncia de su
Gobierno a asociarse con los Veintiocho.
Durante un discurso
de más de una hora, Putin hizo una encendida defensa de los valores
familiares tradicionales, frente al relativismo moral que campa a sus
anchas en Occidente, en clara alusión a la legalización del matrimonio
homosexual.
"Actualmente, en algunos países se revisan las
normas de la moral. De la sociedad se exige (...) el obligatorio
reconocimiento de la igualdad entre el bien y el mal. Dicha destrucción
de los valores tradicionales (...) es en si misma antidemocrática",
señaló.
Putin, cuyo país es considerado un abanderado de las
políticas homófobas, se mostró convencido de que "cada vez en el mundo
hay más gente" que apoya "la postura rusa de defensa de los valores
tradicionales".
En el ámbito de la política interna, dio un
rapapolvo a los Gobiernos centrales y regionales por incumplir las
promesas electorales de mejora sustancial de salarios y subsidios, que
refrendó en forma de decretos al regresar al Kremlin en 2012.
A
su vez, aseguró que a pesar de la mala coyuntura económica
internacional, las principales causas de la brusca ralentización de la
economía, que crecerá este año poco más del 1 por ciento, se deben a
factores internos como la escasez de inversiones.
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