Los manifestantes opositores continúan hoy
resistiendo en la Plaza de la Independencia, en el centro de Kiev, donde
se han atrincherado tras reconstruir las barricadas que la policía
antidisturbios derribó la pasada noche, en un ya largo pulso con el
Gobierno.
Miles de personas siguen instaladas en el
Euromaidán, como se conoce a la asamblea permanente de los opositores
proeuropeistas, mientras el presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich, se
reunía hoy por segundo día consecutivo con la jefa de la diplomacia
europea, Catherine Ashton, para tratar de buscar una salida a la crisis.
Los activistas construyen barreras con alambres de espino y sacos
terreros para rodear la plaza, último bastión de la oposición en la
capital, después de que fueran desalojados de las inmediaciones del
Gobierno y del Parlamento, ahora fuertemente custodiados por efectivos
policiales.
Con ello esperan estar preparados para pasar la
noche y resistir a un posible nuevo asalto del destacamento
antidisturbios Berkut (Águila).
A media tarde, y con
temperaturas bajo cero, los concentrados, entre ellos numerosas personas
de avanzada edad, asistían a una misa multitudinaria oficiada por popes
ortodoxos en el gran estrado montado en la plaza de la Independencia,
acompañando con voces quedas los cánticos religiosos.
A pocos
metros de los fieles, las tiendas de campaña que acogen desde el 1 de
diciembre a los opositores acampados, las hogueras para combatir el frío
y los puestos de té y otras bebidas calientes que ofrecen voluntarios.
Los manifestantes continúan exigiendo la dimisión del Gobierno y del
propio presidente Yanukóvich, quien, según dijo Arseni Yatseniuk, uno de
los dirigentes opositores, "ha escupido en la cara a Estados Unidos, a
los países de la Unión Europea y a los 46 millones de ucranianos. No se
lo perdonaremos".
Yatseniuk agregó que en la plaza "hoy hay
miles, ayer eran centenares y mañana serán millones y el régimen de
Yanukóvich caerá", en respuesta a la última operación policial de
anoche.
Esta mañana el primer ministro, Nikolái Azárov,
prometió que la policía no disolverá de nuevo por la fuerza a los
manifestantes congregados en la Plaza de la Independencia.
La
jefa de la diplomacia europea había deplorado antes el uso de la fuerza
por la policía antidisturbios "bajo la cobertura de la noche".
Y al igual que hiciera ayer Ashton en su primer día en Kiev, la
secretaria adjunta de EEUU para Asuntos Europeos, Victoria Nuland,
visitó hoy la Plaza de la Independencia, donde fue recibida por los
manifestantes con gritos de "God bless you!" (Que Dios la bendiga).
Nuland, que acudió a la concentración acompañada del embajador
estadounidense en Kiev, Geoffrey Pyatt, compartió unas galletas con los
manifestantes y, luego hizo lo mismo con unos policías antidisturbios
apostados junto a la plaza.
Sobre las conversaciones
mantenidas con Yanukóvich, Ashton señaló que abordaron "la imperiosa
necesidad de liberar a los detenidos y garantizar la justa y rápida
investigación para llevar ante la justicia a los culpables de la
violencia".
La jefa de la diplomacia europea, que se reunió
también con los principales líderes de la oposición ucraniana y
activistas de derechos humanos, agregó: "Me dijo que está abierto al
diálogo y yo lo insto a ello".
Nuland, por su parte, le
manifestó al mandatario ucraniano que Washington considera que aún se
puede "salvar el futuro europeo de Ucrania".
"Le hemos
manifestado con toda claridad que estimamos que todavía existen
posibilidades de salvar el futuro europeo de Ucrania", dijo Nuland a la
prensa.
Para ello, añadió, las autoridades ucranianas deben
garantizar la seguridad ciudadana y reanudar las negociaciones con la
Unión Europea para un Acuerdo de Asociación, y con el Fondo Monetario
Internacional.
A ese respecto, el Gobierno ucraniano insistió
en pedir más ayuda financiera a la UE para ese fin, y estimó en 20.000
millones de euros la cifra que necesitaría para firmar el Acuerdo de
Asociación, cuya suspensión motivó las multitudinarias protestas en
Kiev.
"El Gobierno (...) está a favor de firmar urgentemente
el Acuerdo de Asociación con la UE, pero queremos crear condiciones que
minimizarían daños para la economía ucraniana", explicó el primer
ministro ucraniano.
Ante las presiones diplomáticas y de la
calle, el presidente se mostró dispuesto a participar en una mesa
redonda nacional junto a la oposición para atajar la crisis.
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