Los Gobiernos de Washington y Moscú
conmemoraron hoy la finalización de un programa conjunto de no
proliferación nuclear que ha durado 20 años y por el cual el uranio
enriquecido de armas rusas desmanteladas ha servido de combustible para
plantas de energía en Estados Unidos.
"Hoy Estados Unidos y
Rusia están conmemorando la finalización de uno de los programas de no
proliferación de más éxito en nuestra historia", indicó en un comunicado
la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca,
Caitlin Hayden.
El último envío de uranio enriquecido desde Rusia llegó al puerto de Baltimore (Maryland) esta semana, según el comunicado.
En total, durante las últimas dos décadas unas 500 toneladas métricas
de uranio enriquecido, equivalentes a 20.000 ojivas nucleares rusas, se
han convertido en combustible para plantas de energía en Estados
Unidos.
Hayden destacó que este programa "ha suministrado casi
el diez por ciento de toda la electricidad" generada en Estados Unidos
en los últimos quince años.
Estados Unidos y Rusia "seguirán
colaborando en diversos ámbitos para la no proliferación, la seguridad
nuclear y la investigación y el desarrollo nuclear", afirmó la portavoz
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