El escudo antimisiles de la OTAN sobre
Europa y sus intentos por ganar influencia en el Este del continente
siguen tensando las relaciones entre la Alianza y Rusia, que hoy atacó
con dureza la postura del bloque sobre la crisis ucraniana.
El
ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, viajó a Bruselas para
reunirse con sus homólogos de la OTAN y volvió a dejar claras las
importantes diferencias que mantienen las dos partes pese a su cada vez
mayor cooperación en el ámbito militar.
"No entiendo por qué
la OTAN adopta una declaración como esta", dijo Lavrov preguntado por el
comunicado que unas horas antes habían acordado los ministros aliados
para condenar el uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes en
Ucrania y pedir al Gobierno de Kiev diálogo con la oposición.
A ojos de Moscú, la Alianza se inmiscuye con sus palabras en un asunto que sólo compete a las autoridades de Kiev.
Lavrov, sin embargo, tampoco dejó pasar la ocasión para criticar las
"acciones agresivas" por parte de algunos manifestantes y para subrayar
que el Ejecutivo ucraniano estaba en su total derecho de rechazar el
Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, lo que desató la crisis en
el país.
Moscú, a la que la UE ha acusado de presionar a
Ucrania para que diese marcha atrás a sus planes, ve con inquietud los
intentos por parte de Occidente para impulsar sus relaciones con las
repúblicas exsoviéticas del Este de Europa y ampliar su poder en la
zona.
Aunque Ucrania no tiene intención de ingresar en la
OTAN, sí aspiran a formar parte del bloque países como Georgia, que el
Kremlin siempre ha considerado dentro de su área de influencia.
Según Lavrov, ese proceso de ampliación de la Alianza representa una
continuación de la "lógica de la guerra fría" y supone "no sólo mantener
líneas divisorias que nos hemos comprometido a eliminar, sino también
moverlas hacia el Este".
Precisamente hoy los ministros de la
OTAN recibieron a su homóloga georgiana, a quien transmitieron su
satisfacción por los progresos del país.
"El proceso
democrático de Georgia sigue madurando. En cierto modo, Georgia sirve
como modelo para toda la región", señaló en una conferencia de prensa el
secretario general aliado, Anders Fogh Rasmussen.
El político
danés también se mostró muy crítico con las barreras levantadas por
tropas rusas en los límites que separan del resto de Georgia a las
regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia y que hoy Lavrov
defendió con la necesidad de proteger las "fronteras".
El otro
gran punto de fricción entre Rusia y la OTAN sigue siendo el escudo
antimisiles que la Alianza está desplegando poco a poco sobre Europa y
que Moscú sigue considerando una amenaza para su capacidad de disuasión,
pese a que Washington siempre ha insistido en que estaba pensado para
contrarrestar la amenaza de Irán.
Lavrov pidió a la OTAN que
abandone el proyecto al considerar que ya no tiene sentido tras el
acuerdo entre la comunidad internacional e Irán sobre el programa
nuclear del país persa.
Fuentes de la Alianza, sin embargo,
subrayaron esta semana que la defensa antimisiles no está vinculada al
programa nuclear, sino a un "problema de proliferación de misiles" y
que, por tanto, un acuerdo con Teherán en materia atómica no cambia ese
análisis.
Lavrov y los responsables aliados de Exteriores
volvieron hoy a analizar la cuestión del escudo antimisiles, tal y como
hacen de forma regular en sus encuentros, sin obtener ningún tipo de
avance.
"Hasta ahora no hemos visto mucho progreso en las
discusiones", admitió Rasmussen, quien señaló que el diálogo continuará
en el futuro.
La OTAN ha defendido durante los últimos años la
importancia de discutir abiertamente con Rusia, incluso en aquellos
asuntos que separan a las dos partes, para impulsar la confianza y poder
trabajar juntos en áreas como la lucha contra el terrorismo, la
piratería y el narcotráfico.
En ese sentido, los aliados y el
Gobierno de Moscú acordaron hoy su plan de cooperación para 2014, dentro
del cual se incluye un proyecto para eliminar armamento obsoleto y
peligroso en la región de Kaliningrado, enclave ruso en el Báltico.
Además, las dos partes repasaron la situación en Siria y el proceso
de destrucción del arsenal químico del país, el gran éxito reciente de
las relaciones Moscú-Washington que ha abierto una nueva ventana hacia
un mejor entendimiento.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: