Decenas de miles de opositores ucranianos
tomaron hoy la plaza de la Independencia de Kiev para pedir la dimisión
del presidente del país, Víctor Yanukóvich, y de su Gobierno, en la
protesta más multitudinaria desde la Revolución Naranja de 2004.
Hasta medio millón de personas, según los partidos opositores
convocantes, y 150.000, de acuerdo con el Ministerio del Interior,
acudieron a la principal plaza de Kiev, después de romper las barreras
colocadas por la policía desde que la madrugada del sábado disolviera
violentamente a los manifestantes allí acampados.
Mientras los
dirigentes opositores intervenían ante los congregados en un mitin en
el que se anunció el comienzo de una huelga general en Ucrania, tenían
lugar violentos incidentes en calles aledañas, donde grupos de
descontrolados o provocadores trataron, y en algunos casos lograron,
tomar edificios oficiales.
Los efectivos antidisturbios
consiguieron rechazar dos veces a los manifestantes que intentaron
atravesar el cordón policial que protegía el complejo gubernamental,
situado a escasos centenares de metros de la plaza de la Independencia.
La policía, según imágenes de vídeo difundidas en internet, consiguió
arrebatar a los manifestantes una excavadora con la que en dos
ocasiones intentaron abrirse paso hacia el complejo.
Las
fuerzas de seguridad tampoco permitieron llegar hasta el complejo
presidencial a una caravana de 300 vehículos que iban tocando el claxon
en señal de apoyo a la protesta.
Según la policía de Kiev, unos cien efectivos resultaron heridos en los enfrentamientos, de los que 35 fueron hospitalizados.
También 59 militares enviados para contener a la multitud sufrieron
heridas, mientras que por parte de los manifestantes 53 tuvieron que
recibir asistencia médica.
Mientras se conocían los incidentes
y se difundían imágenes de enfrentamientos, se supo que Yanukóvich
celebraba una reunión con sus más cercanos colaboradores en la afueras
de Kiev para estudiar la posibilidad de decretar el estado de excepción.
"Se está estudiando qué hacer. Es muy probable que a partir de mañana
se decrete el estado de excepción, pero es algo que aún no se ha
decidido", dijo una fuente del Ejecutivo citada por RBK-Ukraini
El jefe del grupo parlamentario del partido opositor Batkivschina,
Arseni Yatseniuk, formación que encabeza la encarcelada ex primera
ministra Yulia Timoshenko, advirtió al presidente contra el empleo de la
fuerza contra las personas que se manifiestan pacíficamente en la
capital.
"Ninguno de los participantes en la acción de
protesta pacífica ha intentado asaltar la guarida de Yanukóvich", dijo
Yatseniuk, quien recalcó que la oposición se manifiesta estrictamente en
el marco de la ley.
Otro grupo de manifestantes rompió los
cristales del Ayuntamiento de Kiev y logró entrar en el edificio, que
fue declarado "cuartel general de la revolución".
Un tercer
grupo, en este caso del movimiento nacionalista Libertad, tomó la Casa
de los Sindicatos, tras romper las cámaras de vigilancia.
Ante
esta situación, los líderes de los partidos opositores hicieron
llamamientos a la calma en el multitudinario mitin en la plaza de la
Independencia.
"Os pido mucha atención, si alguien os pide que
vayáis a asaltar algún edificio oficial, esto puede ser muy peligroso",
afirmó el dirigente del partido UDAR, el campeón de boxeo Vitali
Klitschko.
Pero "vamos a estar aquí hasta que se cumplan
nuestras demandas, la dimisión del Gobierno de Nikolai Azárov y del
presidente", añadió.
En la plaza de la Independencia, el líder
del movimiento Tercera República de Ucrania, el exministro del Interior
Yuri Lutsenko, aseguró que la protesta de hoy en Kiev se ha
transformado ya en una revolución.
"Nuestro plan está claro: esto ya no es un mitin o una acción. Es una revolución", dijo ante los asistentes.
Añadió que la sociedad civil y los políticos "están completando hoy
lo que no acabaron durante las protestas masivas de 1991 y 2004", en
referencia a la salida de la URSS y la Revolución Naranja.
"La República Socialista Soviética de Ucrania está muriendo hoy aquí. Estamos asistiendo a su funeral", resaltó.
Por su parte, el portavoz del Gobierno de Ucrania, Vitali Lukianenko,
aseguró que la situación en la capital está bajo control.
"La
gente tiene derecho a todo lo que se ajusta a la ley y se lleva a cabo
de manera pacífica. Todo lo que exceda el marco de la ley debe ser
sancionado", declaró Lukianenko a la agencia Interfax-Ukrainy.
Las protestas para pedir la dimisión de Yanukóvich y su Gobierno no han
cesado en Kiev desde que el 21 de noviembre el presidente anunciara su
renuncia temporal a firmar un Acuerdo de Asociación con la UE, alegando
que ello tendría un alto coste económico y social en el periodo de
transición para Ucrania.
Esta negativa a la integración con la
UE supuso para la oposición europeísta la ruptura de un sueño, el de
acercar a la exsoviética Ucrania a la familia occidental europea.
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