Las gaitas gallegas de Milladoiro, grupo
precursor de la música celta en España, emocionaron hoy a los rusos en
su primer concierto en Moscú tras 35 años de carrera.
"Moscú
era una de las pocas ciudades importantes de Europa y del mundo en las
que todavía no habíamos actuado. Tras 35 años de carrera, ya tocaba. Era
una meta, un sueño que queríamos conseguir", aseguró a Efe Moncho
García antes del concierto en la Casa de la Música de la capital rusa.
Milladoiro, un grupo que bebe de las raíces más tradicionales del
folk gallego y de la música medieval, hizo llorar y reir por igual a los
rusos con sus nostálgicas melodías instrumentales, sus alegres muñeiras
y sus alardes de virtuosismo.
"Alalá das Mariñas", una
canción que pone los pelos de punta por su saudade y que traslada al que
la oye a las costas del Océano Atlántico, dio inicio a la Fiesta Celta,
el nombre elegido por los organizadores para la actuación en un
espectacular auditorio con un interior completamente recubierto de
madera con capacidad para 1.700 espectadores, que estaba casi lleno.
Le siguieron una retahíla de grandes éxitos del grupo repartidos por
una veintena de discos y varias bandas sonoras para películas, además de
otras colaboraciones, varios de los cuales contaron hoy con el
acompañamiento de la cantante canaria Olga Cerpa.
El
concierto, que se prolongó por espacio de más de dos horas, estuvo
marcado por los cambios de ritmo típicos del inconfundible "sonido
Milladoiro", a los que contribuyeron sin duda varios temas tradicionales
del mundo rural gallego con coros interpretados por los músicos en la
lengua de Rosalía de Castro.
Precisamente, una de las escenas
más sorprendentes de la noche para los moscovitas fue cuando José
Ferreirós y Nando Casal cogieron las panderetas y las golpearon, unas
veces con fuerza y otras con suavidad, con las yemas de los dedos,
momentos que hicieron las delicias de los anodadados asistentes.
Como es habitual, Casal y Ferreirós fueron los encargados de soplar
la gaita, además de otros instrumentos de viento como el clarinete, la
flauta o el oboe, mientras el segundo también demostró su destreza con
la mandolina o el bouzouki.
El violonista de Milladoiro desde
hace 15 años, Harry C, dio una nueva clase magistral, tanto en los temas
más pausados del repertorio del grupo gallego, como en los que exigen
un ritmo más endiablado.
Les acompañaron al acordeón y a los
teclados, Manu Riberio; a la guitarra, Manu Conde, y a la percusión,
Moncho García, quien aseguró que la Casa de la Música moscovita es, por
su acústica y presencia, uno de los más imponentes del mundo.
Una de las sorpresas de la noche fue cuando Milladoiro invitó a subirse
al escenario durante unos minutos al grupo Los Gaiteros de Moscú, un
quinteto de enamorados del folk gallego en Rusia, terra incógnita para
la música celta.
Antes del concierto los integrantes de
Milladoiro habían expresado su inquietud de enfrentarse por vez primera a
un público tan entendido como el ruso, donde la música clásica siempre
ha ensombrecido a la popular, pero a fe que consiguieron llegar al
público, que les dedicó al final una gran ovación.
"Nosotros
hacemos una música un poco particular. Estamos dentro de esa etiqueta
que se llama música celta, pero nosotros hacemos música gallega. La
acogida allá donde hemos ido ha sido siempre fantástica. Y casi siempre
hemos vuelto", dijo a Efe García.
Milladoiro, que hasta ahora
lo más cerca que había estado de actuar en la antigua Unión Soviética
fue hace dos años en las bálticas Lituania y Letonia, ha celebrado más
de mil conciertos en todo el mundo desde 1978, desde Japón a Estados
Unidos.
Tras cinco años sin grabar en estudio (A Quinta das
Lágrimas, 2008), los gallegos esperan lanzar el próximo año un proyecto
en colaboración con una orquesta sinfónica, cuyo resultado debería ser
su nuevo disco.
Ferreirós asegura que los más veteranos del
grupo siguen manteniendo la ilusión al subirse a un escenario y sienten
que siguen transmitiendo emociones al público, por lo que no tienen
intención de colgar las gaitas.
"Nosotros tenemos una deuda
con toda esa gente que dejó esa música a su paso por Galicia (por el
Camino de Santiago). Es nuestro deber mostrársela al mundo. La música
basada en la tradición es como el vino, cuando más añejo, mejor sabe",
señaló Casal.
Milladoiro considera que el "la música gallega
vive un momento espléndido", como lo demuestran los éxitos de sus
alumnos aventajados como Carlos Núñez, Cristina Pato, Anxo Lorenzo o
José Manuel Budiño.
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