La oposición ucraniana mantiene sus planes de
celebrar mañana, domingo, una asamblea popular en el centro de Kiev
después de que la policía antidisturbios disolviera esta madrugada a
golpes a los manifestantes que protestaban contra el Gobierno del
presidente Víktor Yanukóvich.
"La oposición no piensa cambiar
sus planes" después de la disolución de la protesta en el centro de
Kiev, aseguró el líder del grupo parlamentario Batkivschina, Arseni
Yatseniuk.
Su partido está encabezado por la encarcelada
exprimera ministra Yulia Timoshenko, quien hace una semana se declaró en
huelga de hambre en protesta por la decisión de Yanukóvich de no firmar
el Acuerdo de Asociación que se negociaba con la Unión Europea y que
hubiera supuesto un gran acercamiento de Ucrania al bloque comunitario.
"Después del fiasco de Vilna, nos hemos despertado en otro país.
Ucrania, después de Vilna, recuerda más a Bielorrusia", aseguró
Yatseniuk, en declaraciones a "Interfax Ucrania".
El diputado
opositor se refería a la negativa del presidente ucraniano a firmar
ayer, en la capital lituana, el Acuerdo de Asociación durante la cumbre
que celebraron los Veintiocho con los seis países de la Asociación
Oriental, la iniciativa de integración que impulsa Bruselas para los
países exsoviéticos no adscritos a la UE.
"Lo que ocurrió esta
noche, cuando los antidisturbios, que trajeron desde las regiones
orientales de Ucrania, disolvieron de forma salvaje una protesta
totalmente pacífica, sólo muestra el miedo de Víktor Yanukóvich después
del Maidán de 2004", agregó el diputado.
Ese año, en la misma
plaza de la Independencia que ha sido escenario estos días de las
protestas opositoras, tuvo lugar la llamada Revolución Naranja en contra
del fraude electoral que había dado la victoria al propio Yanukóvich en
las elecciones presidenciales, y que logró la repetición de los
comicios.
Los activistas proeuropeístas congregados en los
últimos días en el centro de Kiev, aprobaron anoche durante un mitin,
una resolución convocando para mañana, día 1 una "veche" (asamblea
popular) y exigieron la dimisión del presidente de Ucrania.
"El 1 de diciembre, aniversario del referéndum de independencia de
Ucrania, a las 12.00, vendremos al Maidán (plaza), celebraremos una
asamblea popular y conjuntamente determinaremos nuestras próximas
acciones", señaló la resolución, leída por la popular cantante Ruslana
Lizhichko.
Después, unos mil jóvenes activistas permanecieron
acampados en la plaza de la Independencia hasta que esta madrugada la
policía lanzara un operativo para expulsarlos.
Los activistas,
así como diputados opositores, denunciaron que los antidisturbios
emplearon porras y golpearon a los manifestantes, a los que arrastraron
por el suelo, causando decenas de heridos.
"La plaza la han
limpiado de forma salvaje. Hay decenas de heridos. Decenas de detenidos.
Esto nunca se había visto en Ucrania", afirmó el diputado opositor
Andréi Shevchenko en su cuenta de Twitter.
En algunos vídeos
colgados en Internet por participantes en la protesta puede verse a los
agentes antidisturbios, con escudos y cascos, golpear con porras a
jóvenes que están tumbados en el suelo.
Cerca de una treintena
de manifestantes fueron detenidos, aunque los activistas consiguieron
sacar a tres de ellos de un furgón policial cuando iban a ser
trasladados a comisaría.
De acuerdo al Ministerio del Interior ucraniano, los jóvenes lanzaron piedras y material pirotécnico contra los activistas.
Señaló que se estaban registrando incidentes y enfrentamientos en la
plaza en las últimas horas, por lo que "de tomó la decisión de disolver a
la gente de la principal plaza de la capital", según señaló un portavoz
a Interfax Ucrania.
Las protestas contra el Gobierno de
Yanukóvich no han cesado desde que hace una semana el presidente
anunciara, de forma inesperada, que suspendía los preparativos para
firmar en la cumbre de Vilna el Acuerdo de Asociación que se había
negociado con Bruselas.
Yanukóvich insiste que las condiciones
impuestas por la UE para la firma del acuerdo eran humillantes para
Ucrania y que hubieran supuesto una debacle económica para su país.
Kiev cifra en 160.000 millones de dólares el monto necesario para
homologar la legislación ucraniana a la europea, sin contar con el coste
que supondría la pérdida del mercado ruso, y tachó de "limosna para un
pedigüeño" los 1.000 millones de euros que Bruselas le ofreció como
compensación.
Bruselas mantiene que el plantón ucraniano se
debió a las presiones de Rusia, que advirtió de que en caso de se
firmara el acuerdo tomaría medidas proteccionistas para impedir el
acceso de los productos a su mercado.
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