Ucrania, escenario de protestas indefinidas
contra la renuncia del Gobierno a asociarse con la Unión Europea, ha
vuelto a partirse en dos mitades, entre partidarios de Rusia y de
Occidente.
"Como padre, no puedo dejar a una familia sin pan.
Sería deshonesto e injusto si no me preocupara por la gente más
indefensa, sobre la que puede recaer la carga del período de
transición", afirmó el presidente, Víctor Yanukóvich, en un discurso
dirigido al pueblo ucraniano.
De esa forma, justificó su
decisión de negarse en el último momento a firmar el Acuerdo de
Asociación con los Veintiocho esta semana en Vilna, lo que ha provocado
la indignación de la oposición, la decepción de la UE y la satisfacción
del Kremlin.
El mandatario ucraniano estimó en "millones" a
las personas que podrían quedarse sin trabajo si "debido a las
presiones" y tras la firma de dicho acuerdo con los Veintiocho se
hubiera paralizado la industria nacional.
Y es que el
presidente ruso, Vladímir Putin, amenazó con imponer barreras al
comercio para proteger su mercado en caso de que Ucrania firmara el
documento, lo que hubiera supuesto para el país unas perdidas estimadas
por Kiev en 500.000 millones de dólares.
La encarcelada ex
primera ministra y líder de la oposición ucraniana, Yulia Timoshenko, se
declaró anoche en huelga de hambre "en protesta contra el cínico y
mísero comportamiento del Gobierno" y llamó a Yanukóvich a recapacitar.
Inmediatamente, el partido Batkivschina, encabezado desde la cárcel
por Timoshenko, exigió hoy a las autoridades la liberación de la
opositora y que "cumplan con la exigencia de nuestra líder y de millones
de ucranianos y firmen el Acuerdo de Asociación de la UE".
"Nosotros sabemos bien cuán valiente es Timoshenko y qué está dispuesta a
hacer por el futuro de Ucrania. Pero también somos conscientes de que
su organismo está debilitado por la larga enfermedad. Estamos hablando
de una amenaza real para la vida de Timoshenko", indicó el partido.
Según las encuestas, el país está prácticamente dividido a partes
iguales entre los que apoyan la integración en la UE, un 39 %, y los que
están a favor de la Unión Aduanera con la vecina Rusia, un 37 %.
Al igual que ocurriera en la Revolución Naranja de 2004, el reparto
geográfico de los apoyos vuelve a agudizar la división del país entre el
Este prorruso (61 % contra 15 %) bañado por el mar Negro y el Oeste
europeísta (69 % contra 11 %) fronterizo con la UE.
Mientras,
la oposición ucraniana continúa por tercer día consecutivo el mitin
indefinido que comenzó este domingo en la plaza de Europa de Kiev en
protesta por la renuncia a un acuerdo que presuponía la creación de una
zona de libre comercio entre este país y la Unión.
Pese a las
temperaturas bajo cero y la nevada que cae sobre la capital ucraniana,
más de un centenar de personas siguen concentradas frente a la sede del
Gobierno para exigir la dimisión del primer ministro, Nikolái Azárov.
Anoche, efectivos antidisturbios emplearon gases lacrimógenos contra
un grupo de manifestantes que atacó un microbús de los servicios de
seguridad.
A los participantes en el conocido ya como
"Euromaidán" ("maidán" es plaza en ucraniano), se les han unido hoy los
estudiantes de una de las principales universidades del país, la
Academia Kievo-Moguiliánskaya, que se declararon en huelga.
Similares acciones de protesta tienen lugar en ciudades como la
occidental de Lvov, la más europeísta del país, o las orientales de
Járkov u Odessa, aunque en algunos casos los efectivos antidisturbios
dispersaron por la fuerza las manifestaciones, lo que ha sido condenado
por la UE.
Timoshenko ha alentado a los manifestantes a que no
cejen en sus protestas y llamó "a borrar de la faz de la tierra a
Yanukóvich" si no firma el acuerdo con la UE en la cumbre que se
inaugurará este jueves en Vilna.
Por si hubiera alguna duda de
las intenciones de Kiev, el primer ministro ucraniano anunció hoy que a
principios de diciembre comenzarán las negociaciones para restablecer
las relaciones comerciales con Rusia.
Mientras, después de que
Kiev informara de que Moscú le rebajará las tarifas del gas, el
Servicio de defensa del consumidor ruso anunció que la confitera Roshen,
una de las compañías ucranianas cuyas exportaciones fueron bloqueadas
recientemente, podrá volver al mercado ruso.
Azárov insistió
en que el motivo de la decisión es puramente económico y calificó de
"limosna para un pedigüeño" los 1.000 millones de euros en un plazo de
siete años que la UE había ofrecido a Ucrania.
Sea como sea,
Yanukóvich viajará mañana a Vilna para participar en la cumbre de la
Asociación Oriental, en la que a buen seguro los líderes comunitarios le
pedirán explicaciones por su repentina decisión de optar por Rusia y
dejar a Bruselas en la estacada.
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