El Defensor del Menor de Rusia, Pável
Astájov, aseguró hoy que la legalización del matrimonio homosexual es la
principal causa del bloqueo de la adopción internacional para familias
de países como España o Francia.
"No se trata de
discriminación, sino que, según la ley rusa, esas uniones homosexuales
no son reconocidas como familias. Ese es el principal obstáculo que
impide la firma de los acuerdos bilaterales", dijo Astájov en entrevista
con Efe.
Astájov subrayó que hasta la firma de los
correspondientes acuerdos los centenares de solicitudes de adopción
presentadas por las familias españolas y de otros países estarán
paralizadas, sin excepciones.
"Necesitamos garantías de que
nuestros niños no van a parar a una de esas familias. Según el código
familiar ruso, el matrimonio es una unión entre un hombre y una mujer.
No entregaremos niños a un pareja del mismo sexo, ya que esto contradice
la ley", dijo.
Astájov reconoce que es "muy complicado"
plasmar jurídicamente esas garantías, pero cree que son los países que
han legalizado los matrimonios homosexuales los que deben hacer el
esfuerzo de consensuar un acuerdo con el Ministerio de Educación ruso.
"Para mí lo ocurrido en España fue una gran sorpresa. Yo pensaba que
España era un país profundamente católico y que no emprendería ese
camino jurídico", dijo en relación con la legalización por las
autoridades españolas del matrimonio homosexual.
El Defensor
ruso del menor adelantó que los acuerdos bilaterales prohibirán
expresamente la adopción de niños rusos por parte de parejas del mismo
sexo y también por parte de solteros, ante el peligro de que se trate de
homosexuales.
En su opinión, si no hay garantías, los
homosexuales podrían recibir un niño ruso a través del proceso de
recolocación en caso de que una familia tradicional renuncie a un menor
adoptado en territorio ruso.
"El problema no radica en la
adopción inicial, sino que si en España de repente ocurre algo con un
niño, éste puede terminar recolocado con una familia homosexual. Ahí
está el problema, aunque entendemos que no es fácil garantizar que eso
no ocurra", apuntó.
Y, de hecho, se muestra convencido de que,
pese a todas las precauciones por parte rusa, "algunos niños acabarán
en manos de homosexuales".
Astájov cree que esos cambios
legales introducidos por Rusia son la causa del retraso de la firma de
los acuerdos que necesitan muchos trámites burocráticos, ya que
requieren el visto bueno de todos los ministerios afectados.
"No estamos diciendo que vayamos a suspender definitivamente las
adopciones con España. Simplemente todo debe quedar plasmado con
precisión en un acuerdo. Los padres son los primeros que lo necesitan,
ya que si garantías y obligaciones no entregaremos a ningún niño a una
familia extranjera", señaló.
Astájov recuerda que Rusia tiene
relaciones especiales con España, ya que acogió a en su momento a "los
niños de la guerra", y además destacó que, a diferencia, de EEUU, nunca
ha muerto ningún niño ruso en el seno de una familia española.
"Comprendemos que este es un asunto muy sentimental, pero las familias
deben armarse de paciencia", recomendó a las más de 500 familias
españolas que están a la espera del desbloqueo del proceso de adopción
internacional en Rusia.
Al respecto, aseguró que desde la
caída de la Unión Soviética Rusia se desprendió de sus huérfanos de
manera descontrolada al abrazar la versión más retorcida de la adopción
internacional.
"Hasta hace poco funcionaba de esta forma: los
padres venían a un orfanato, elegían a un niño y se lo llevaban...
Quiero uno rubio; no, uno con pelo rizado, o uno moreno. Eso se terminó.
Ahora, se lo entregaremos solo a los mejores padres", apuntó.
A partir ahora, agregó, el Gobierno ruso se propone defender
jurídicamente los intereses de sus huérfanos y acabar con el lucrativo
negocio de las adopciones, que suponen a una familia adoptiva unos
30.000 euros de desembolso.
Astájov cree que en las adopciones
se dio erróneamente prioridad a los derechos de las familias sobre los
niños, "cuando son los niños los que tienen derecho a un padre y no los
padres a un niño".
También adelantó que Rusia quiere seguir el
destino del niño adoptado hasta que sea mayor de edad con el fin de que
conserve el derecho a regresar a su patria natal o a renunciar a la
ciudadanía rusa una vez cumpla los 18 años.
El Defensor del
Menor cree que en un plazo de 5-7 años la adopción internacional dejará
de existir, pero no "porque Rusia lo prohíba, sino porque ya no habrá
niños que adoptar".
"En los últimos cinco años han aparecido
18.000 padres rusos en las listas de espera. Antes solo había familias
extranjeras. La sociedad rusa está cambiando. Antes, cerrábamos los
ojos: de los huérfanos que se ocupen los americanos, españoles e
italianos", señaló.
Astájov recuerda que se ha reducido en un
40 por ciento el número de huérfanos a cargo del Estado (ahora son
107.000), en un 50 por ciento los casos de retirada de la patria
potestad y de 1.344 a 925 el de orfanatos.
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