Ucrania tensó hoy la cuerda en sus relaciones
con la Unión Europea al aplazar por segunda vez el debate del caso de
la encarcelada ex primera ministra y líder opositora Yulia Timoshenko,
mientras crece la impaciencia de Bruselas con Kiev.
"Los
electores deben saberlo: la oposición no quiere votar las cuestiones
relacionadas con el tratamiento médico de Timoshenko", aseguró Vladímir
Ribak, presidente de la Rada Suprema (Legislativo).
Seguidamente, Ribak anunció que todas las fracciones parlamentarias
acordaron posponer hasta el próximo 21 de noviembre el estudio, entre
otros, del proyecto ley que permitiría a Timoshenko someterse a
tratamiento médico en Alemania.
Sólo 195 diputados de los 402
presentes en la sesión parlamentaria votaron a favor de debatir el caso
Timoshenko, que cumple siete años de prisión por abuso de poder y está
hospitalizada desde mayo de 2012 debido a una hernia discal.
La Rada ucraniana ya aplazó la pasada semana el debate de las leyes, de
cuya aprobación depende la firma de un Acuerdo de Asociación con la
Unión Europea durante la cumbre entre la UE y la Asociación Oriental en
Vilna a finales de noviembre.
No obstante, no es seguro de que
el panorama cambie drásticamente de aquí al jueves, ya que el
oficialista Partido de las Regiones (PR) y el opositor Batkivschina,
encabezado desde la cárcel por Timoshenko, siguen siendo incapaces de
consensuar un proyecto de ley común.
De hecho, Ribak aseguró
que el jueves los diputados debatirán cuatro proyectos diferentes sobre
el tratamiento médico en el extranjero de los ciudadanos condenados.
En respuesta a las críticas, Arseni Yatseniuk, líder del grupo
parlamentario de Batkivschina, aseguró que la oposición está dispuesta a
apoyar un proyecto similar al propuesto por el PR.
"El
proyecto redactado por los miembros de la oposición en el grupo de
trabajo de la Rada se corresponde plenamente con la concepción
presentada por el PR. Estamos dispuestos a votar por un proyecto de ley
que contemple esa idea", dijo.
No obstante, por el momento las
posturas han permanecido inamovibles, ya que el PR está dispuesto a
respaldar sólo un proyecto que permita el tratamiento en el extranjero
de los condenados con la condición de que, una vez que éste concluya,
regresen al país para proseguir el cumplimiento de su pena.
Mientras, Batkivschina respalda una variante que contempla la liberación
de los condenados al término de su tratamiento, que no superaría el año
de duración.
Mientras, el presidente ucraniano, Víctor
Yanukóvich, se ha declarado dispuesto a promulgar una ley que permita
que Timoshenko pueda recibir tratamiento médico en el extranjero sólo en
caso de que ésta sea aprobada por el Parlamento.
El nuevo
fiasco de la Rada coincidió con la llegada a Kiev del comisario de
Ampliación de la UE, Stefan Fülle, quien adelantó su visita dos días
para mantener consultas con las autoridades ucranianas.
Nada
más aplazar el debate, Ribak se reunió con el alto funcionario europeo,
quien se entrevistó seguidamente con Yanukóvich, al que aseguró que
Ucrania no tiene otra alternativa que firmar el acuerdo con los
Veintiocho.
Mientras, Maya Kocijancic, la portavoz de la jefa
de la diplomacia europea, Catherine Ashton, llamó hoy a Kiev a
"aprovechar la oportunidad histórica" de firmar el acuerdo con los
Veintiocho.
"La UE está decidida a firmar el Acuerdo de
Asociación con Ucrania en la cumbre de Vilna si los criterios se
cumplen. Este es nuestro objetivo y cualquier especulación sobre una
futura fecha es infundada", aseguró a la agencia oficial rusa
RIA-Nóvosti.
En cambio, la canciller alemana, Angela Merkel,
exigió ayer a Ucrania algo "más que palabras" y "pasos creíbles" en
relación con Timoshenko, tras advertir de que "el tiempo corre y se
agota".
La canciller insistió en que Ucrania aún no cumple las
condiciones para la firma del acuerdo con el bloque, pero consideró que
el pacto podría cerrarse si Kiev avanza en la reforma de la Justicia y
en el caso Timoshenko, del que dijo que tiene "un valor simbólico".
Además, negó que un acercamiento a la UE por parte de Ucrania deba
interpretarse como un movimiento en contra de Moscú, que ha invitado a
Kiev a integrarse a la postsoviética Unión Aduanera, que incluye ya a
Rusia, Bielorrusia y Kazajistán.
Al respecto, el ministro de
Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, acusó hoy a Bruselas de poner entre la
espada y la pared a los seis países que integran la Asociación Oriental
(Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajistán, Moldavia y Ucrania) para
alejarlos de la órbita de Moscú.
"Bruselas hace declaraciones del tipo: o volver atrás a un oscuro pasado o avanzar hacia un brillante futuro", manifestó.
Eurodiputados y políticos ucranianos coinciden al apuntar que Ucrania
necesita garantías financieras de Occidente ante las pérdidas que
supondrá su ruptura comercial con Rusia y la necesidad de reformar su
obsoleta industria.
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