La policía rusa detuvo hoy a más de mil
inmigrantes en una operación especial desplegada en un centro comercial
en el sureste de Moscú para comprobar su posible implicación en
distintos delitos y su estatus legal en Rusia.
La operación
policial, denominada "Barrera-2", empezó a primera hora de la mañana en
el centro comercial "Moscú", situado en el populoso barrio de Liublinó,
escenario habitual de las marchas xenófobas en la capital rusa.
El Ministerio de Interior ruso informó además acerca de la detención
de otro centenar de inmigrantes ilegales procedentes de China, Vietnam,
Tayikistán, Uzbekistán, Afganistán y Azerbaiyán.
Algunos
trataron de escapar en el maletero de varios coches que fueron detenidos
y registrados a la salida del centro comercial, mientras que otros
salieron a la carrera e intentaron abandonar el recinto saltando la
valla.
La redada masiva fue precedida la víspera por registros
en varias oficinas situadas en el territorio del centro comercial,
denunciado por los vecinos de Luiblinó como heredero del trágicamente
conocido mercado de Cherkízov, escenario en 2006 de un atentado con
bomba motivado por odio racista y que se saldó con la muerte de 14
personas.
El mercado de Cherkízov, el más grande de Moscú, fue
clausurado por las autoridades en 2009, tras lo cual una parte de los
extranjeros que trabajaban en éste -más de 100.000 según la Federación
de Inmigrantes de Rusia, 60.000 de ellos chinos según la Cámara de
Comercio rusa- se trasladaron a otras plazas comerciales de la capital
rusa.
Moscú vive en la actualidad una oleada de rechazo a los
inmigrantes, instigada en parte por el propio alcalde de la ciudad,
Serguéi Sobianin, que basó buena parte de su reciente campaña electoral
para las municipales de septiembre en la promesa de dar guerra a la
inmigración ilegal.
Decenas de miles de extranjeros han sido
detenidos en Moscú desde los meses previos a los comicios, en una
campaña sin precedentes contra la inmigración ilegal que no ha perdido
fuerza después de la victoria electoral de Sobianin.
La pasada
semana, el regidor moscovita recalcó que la inmigración ilegal y los
delitos que cometen son el principal problema de Moscú y subrayó que la
lucha contra este fenómeno "debe ser el principal objetivo en la labor
de la policía, el servicio de inmigración y otras fuerzas del orden de
la capital en los próximos años".
Recordó que la policía de Moscú realiza hasta 40 redadas diarias para localizar a los inmigrantes ilegales.
Miles de nacionalistas radicales marcharon a principios de este mes
por las calles de Luiblinó, rompieron coches y agredieron a inmigrantes,
principalmente procedentes del Cáucaso, con motivo del Día de la Unidad
del Pueblo.
A mediados del pasado mes de octubre, otro barrio
de la periferia moscovita, Biryuliovo, fue escenario de violentos
disturbios provocados por el asesinato de un joven ruso cometido
presuntamente por un ciudadano azerbaiyano.
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