El aeropuerto de Kazán, capital de la
república rusa de Tatarstán donde 50 personas murieron el domingo al
estrellarse un Boeing-737 al intentar retomar el vuelo, reanudó hoy
parcialmente sus operaciones.
Las autoridades dieron luz verde
a la reapertura del aeropuerto tras el hallazgo de las cajas negras,
que resultaron dañadas debido al fuerte impacto del aparato contra la
tierra y la posterior explosión, según las agencias rusas.
Según se supo hoy, entre los 44 pasajeros muertos figuran dos niñas de
11 y 15 años, el hijo del presidente de Tatarstán, Irek Minnijánov, y
una ciudadana británica, Donna Bull.
"Cayó casi verticalmente sobre la tierra", aseguró Maxim Sokolov, ministro de Transporte, a las agencias locales.
En las primeras imágenes del accidente divulgadas hoy, lunes, se
puede ver cómo el morro del avión se precipita contra la pista, tras lo
que se produce una gran explosión, en la que los 50 pasajeros habrían
muerto al instante.
"La instrucción no menciona el terrorismo entre las posibles versiones. No hubo explosión en el aire", señaló Sokolov.
Entre las versiones, el ministro citó cinco: fallo de pilotaje,
avería mecánica, las condiciones meteorológicas, deficiente trabajo de
la torre de control y la mala calidad del combustible del avión.
Debido a la explosión del depósito de combustible del aparato y el
incendio posterior, Sokolov aseguró que la identificación de los
cadáveres llevará varias semanas.
El piloto de la aeronave,
Rustem Salíjov, decidió abortar el primer intento de aterrizaje y dar
una segunda vuelta, tras lo cual informó a la torre de control del
aeropuerto de que el avión no estaba listo para tomar tierra.
"Me informó de que se iba a una segunda vuelta. Me dijo que no tenía
configuración para aterrizar. Le di las claves y las confirmó, como es
reglamentario", explicó en declaraciones al canal de televisión
"Rossiya" Kirill Kórnishin, controlador aéreo.
Las aerolíneas
"Tatarstán", que explotaban el aparato siniestrado en régimen de
alquiler, aseguró que el avión estaba en buenas condiciones técnicas,
toda vez que había sido revisado varias veces el día del accidente, en
el que ya había realizado otros tres vuelos.
"Los dos pilotos,
nacidos en 1966, acumulaban una gran experiencia profesional. El
comandante Rustem Salíjov empezó a volar en esa misma nave en 2012 como
segundo piloto. Llevaba 21 años volando. El segundo piloto, Víctor
Gatsul, volaba desde hacía 23 años", explicó la portavoz de la compañía,
Gulnaz Minnijánova.
La compañía "Tatarstán", fundada en 1999 y
que realizaba tanto vuelos nacionales como internacionales, suspendió
hoy la explotación del otro avión Boeing del que dispone.
El
conocido piloto y probador ruso, Magomed Tolbóev, demandó hoy prohibir
por ley que Rusia se convierta en un basurero de aviones con muchos años
de explotación, aduciendo que ese es uno de los motivos del largo
historial de catástrofes aéreas en este país.
El Boeing
737-500 siniestrado, el más pequeño de la serie 737 (31 metros) y uno de
los aparatos más utilizados en la aviación civil de todo el mundo,
entró en servicio en 1990.
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