Rusia exigió hoy disculpas a Polonia a raíz
de los violentos disturbios ocurridos la víspera frente a la embajada
rusa en Varsovia durante una marcha ultranacionalista con motivo del Día
de la Independencia de Polonia.
Moscú demandó también a las
autoridades polacas aumentar las medidas de seguridad en torno a sus
legaciones diplomáticas en Polonia después de que decenas de
manifestantes intentaran asaltar ayer la misión rusa en la capital
polaca.
El Ministerio ruso de Asuntos Exteriores citó hoy al
embajador polaco para manifestar su repulsa por los desórdenes "que
causaron daños materiales" a la misión rusa y "paralizaron su
funcionamiento durante varias horas", según un comunicado publicado en
la página web de la Cancillería.
La nota denunció la
"pasividad y el retraso de las acciones policiales", que "hicieron
posible el desmadre de los jovenzuelos que estaban fuera de sí".
Varsovia fue ayer escenario de enfrentamientos durante los cuales los
agentes de seguridad tuvieron que utilizar cañones de agua para evitar
que algunos radicales saltaran la verja que rodea la delegación
diplomática de Rusia, país que suele ser objetivo de la ira de los
grupos ultranacionalistas polacos.
Varios activistas sí
lograron quemar al menos dos vehículos en las cercanías de la embajada, a
la que arrojaron piedras, petardos y bengalas.
El primer
ministro polaco, el liberal de centroderecha Donald Tusk, aseguró a la
prensa que "es vergonzoso que estos vándalos mancillen la reputación de
Polonia".
Los disturbios empañaron una jornada festiva en
Polonia, donde ayer se celebró que el país recuperó su independencia el
11 de noviembre de 1918, después de más de un siglo durante el cual
permaneció dividido entre Prusia, Rusia y el imperio Austro-Húngaro.
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