La visita de los reyes Guillermo-Alejandro y
Máxima de Holanda a Moscú, ensombrecida por varios desencuentros
diplomáticos de los últimos meses, concluyó hoy con un nuevo incidente
cuando dos jóvenes rusos lanzaron tomates a la pareja real.
Los reyes se dirigían al Conservatorio de Moscú para asistir a la
ceremonia oficial de clausura del Año Dual Rusia-Holanda cuando, al
descender de su coche y acercarse a la alfombra roja, un chico y una
chica increparon a la pareja y contra ellos volaron unos tomates, que no
alcanzaron su objetivo.
Las fuerzas de seguridad detuvieron
inmediatamente a los agresores, que habían gritado a los reyes "La
sangre de Dolmátov está en vuestras manos", en referencia al polémico
suicidio de un refugiado ruso en Holanda el pasado enero.
Guillermo y Máxima continuaron su camino sin inmutarse hacia el
Conservatorio Chaikovski, donde esta noche pone el broche final a la
visita una actuación de la Concertgebouw Orchestra.
Poco
después del incidente, el activista Serguéi Axiónov, del movimiento
nacional-bolchevique "La Otra Rusia", informó en su Twitter de que
miembros de su grupo habían tirado tomates a los reyes de Holanda para
vengar a Dolmátov, quien se suicidó este año en Rotterdam cuando iba a
ser deportado a Moscú.
El monarca holandés se reunió anoche en
el Kremlin con el presidente ruso, Vladímir Putin, quien aseguró
después que estaba contento de que se hubiera concretado esta visita "a
pesar de ciertas fricciones a nivel diplomático", según una corta nota
difundida del encuentro.
"Tenemos este recurso real para el
desarrollo de nuestras relaciones", dijo Putin, mientras el rey
Guillermo afirmó que "todo puede resolverse en espíritu de amistad", a
lo que el presidente ruso replicó: "No me cabe duda de ello".
Los roces entre Moscú y La Haya comenzaron este año con el polémico suicidio de Dolmátov.
Además, dos periodistas holandeses no recibieron visados para
trabajar en Rusia, que, además de bloquear la importación de las patatas
holandesas, prohibió por unos meses la entrada de carne de ternera
procedente de ese país.
La escalada de tensión cobró fuerza
con la detención el 26 de agosto de la tripulación del rompehielos de
Greenpeace "Arctic Sunrise" en Rusia, cuando navegaba bajo bandera
holandesa.
A continuación, el ministro consejero de la
embajada rusa en La Haya, Dmitri Borodín, fue arrestado en su vivienda
por un presunto maltrato a sus dos hijos.
Pocos días después, Holanda pidió explicaciones a Rusia por la agresión a un diplomático holandés en su casa de Moscú.
Como si fuera poco, la vivienda de un empleado del personal técnico
de la legación rusa en La Haya fue saqueada cuando éste estaba de
vacaciones.
Holanda denunció a Rusia esta semana ante el
Tribunal Internacional del Derecho del Mar por el apresamiento del
"Arctic Sunrise", que realizaba una protesta contra la explotación
petrolera del Ártico.
Los ministros de Exteriores de Rusia y
Holanda, Serguéi Lavrov y Franz Timmerman, hablaron hoy acerca de la
situación de los activistas de Greenpeace encarcelados en Rusia y de los
otros conflictos.
"Sí, hemos hablado de estos temas con
Serguéi Lavrov", dijo el ministro holandés a la agencia RIA-Nóvosti,
aunque agregó que "de una manera muy breve".
Los dos
responsables de Exteriores debían haber mantenido hoy una reunión
amplia, pero Lavrov voló por la mañana a Ginebra para incorporarse a las
negociaciones sobre el programa nuclear de Irán con sus colegas de las
grandes potencias.
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