Jodorkovski se dice confiado en un futuro democrático para Rusia

El exmagnate del petróleo Mijaíl Jodorkovski, el preso más famoso de Rusia, indicó hoy que la "única alternativa" para solucionar los problemas de su país es la democracia, y se mostró convencido de que esta acabará llegando.

El exmagnate del petróleo Mijaíl Jodorkovski, el preso más famoso de Rusia, indicó hoy que la "única alternativa" para solucionar los problemas de su país es la democracia, y se mostró convencido de que esta acabará llegando.

"Hay dos vías posibles", señaló en una entrevista concedida desde su celda a la emisora RFI, en la que precisó que la primera es "el acceso de la oposición a posibilidades reales de conquistar el poder en el marco de elecciones honestas", y la segunda, a través de la contestación social.

El camino que escoja el país, en su opinión, dependerá de la velocidad a la que la elite política actual "se dé cuenta, o no, de la necesidad del cambio y lo lleve a cabo".

Jodorkovski, destacado opositor al Kremlin y defensor de los valores cívicos en Rusia, fue condenado en 2010, en un segundo polémico proceso, a una pena de 14 años bajo acusación de robar crudo a su propia petrolera privada, Yukos, pero tras una reducción de su pena el pasado agosto, se espera que pueda salir en libertad en 2014.

El otrora hombre más rico de Rusia, al que muchos, sobre todo en Occidente, califican de preso político, apuntó que en cualquiera de las dos posibilidades mencionadas, "el objetivo de la oposición es no dejar que la contestación abandone la vía pacífica".

"La oposición debería hacer comprender a la sociedad que para resolver los problemas del país la única alternativa a un simple cambio de personas al frente del mismo régimen autoritario es la democracia", apuntó el magnate.

Jodorkovski, para quien "Dios es el único juez", explicó que para él "una gran potencia es un país en el que la gente vive dignamente", por lo que, en ese sentido, Rusia no merece actualmente, en su opinión, ese calificativo.

El empresario, que fue detenido en octubre de 2003 en Siberia, añadió que aunque "evidentemente" su ánimo y su estado de salud han cambiado en estos diez años de prisión, se mantiene optimista pese a todo.

"¿Mi alegría más grande? Mis encuentros con mi familia. Son cada vez como una pequeña puesta en libertad", añadió en la emisora, dejando claro que, "lamentablemente", ese tipo de encuentros "son escasos".

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