Georgia cierra hoy la campaña para las
elecciones presidenciales del próximo domingo que marcan el adiós de
Mijaíl Saakashvili, estrecho aliado de Estados Unidos en el Cáucaso y
enemigo acérrimo del líder ruso, Vladímir Putin.
23 candidatos
luchan por hacerse con el cargo de Saakashvili, sensiblemente devaluado
por la reforma constitucional impulsada por el jefe de Estado saliente
que convirtió a Georgia en una república parlamentaria y, con ello, al
primer ministro en el hombre fuerte del poder ejecutivo.
El
gran favorito para hacerse con la victoria en los comicios del domingo
es el ex viceprimer ministro Gueorgui Margvelashvili, abanderado de la
gobernante coalición Sueño Georgiano, la misma que en octubre del año
pasado arrebató la mayoría parlamentaria al Movimiento Nacional Unido
(MNU), liderado por Saakashvili.
Según sus detractores, el
presidente saliente, en el poder desde 2004, ideó la reforma
constitucional, aprobada en 2010, con el propósito de continuar en el
poder tras dos períodos en la jefatura del Estado como primer ministro,
pero el tiro le salió por la culata.
Saakashvili, de 45 años,
ha declarado que no abandonará la política, pero su futuro después de
dejar la Presidencia se avizora sumamente complicado, en particular por
posibles investigaciones judiciales.
Éstas se refieren a su
gestión antes y durante la guerra con Rusia de agosto de 2008, después
de la cual Moscú reconoció las independencias de las regiones
separatistas georgianas de Abjasia y Osetia del Sur.
"No habrá
ninguna persecución política contra Saakashvili, pero hay preguntas que
tiene que responder", dijo a comienzos de semana el primer ministro
georgiano, Bidzina Ivanishvili, el multimillonario que organizó y lideró
la coalición opositora que ganó las parlamentarias de 2012.
Según Ivanishvili, "la apertura de una causa penal contra Saakashvili es
completamente posible, ya sea por la muerte (en 2005) del primer
ministro Zurab Zhvania o por otros casos".
La versión oficial
estableció que Zhvania falleció asfixiado con gas en un accidente
doméstico, pero los adversarios de Saakashvili denuncian que éste, "como
mínimo", entorpeció la investigación de la muerte del jefe del
Gobierno.
Otros motivos por los que Saakashvili podría ser
llevado ante la Justicia es la disolución violenta de un mitin opositor
en Tiflis en mayo de 2011, en la que murieron tres manifestantes y un
policía, que marcó el comienzo de su declive final.
Aunque la
mayoría de los analistas locales consideran prematuro hacer una
evaluación exhaustiva de los nueve años de gestión del presidente
saliente, la clase política georgiana coincide en que sus dos mandatos
tuvieron sellos muy distintos.
"El apoyo que tuvo Saakashvili
en su primer mandato no lo ha tenido ningún presidente en el espacio
postsoviético", dijo hoy a Efe el director de Instituto Georgia, el
politólogo Ivlian Jaindrava, que destacó entre sus logros la lucha
contra la corrupción y la delincuencia.
El presidente
georgiano, agregó Jaindrava, consiguió sofocar el separatismo en la
autonomía de Adzharia y emprendió una reforma administrativa que
incrementó la eficiencia de los servicios públicos.
Saakashvili propició además un gran acercamiento con Estados Unidos, a
tal punto que en 2005 el entonces presidente estadounidenses, George
Bush, llamó a Georgia "faro de la democracia".
Según
Jaindrava, poco después las reformas de Sakkashvili se diluyeron en una
sola tarea: la conservación del poder a cualquier precio.
El
mayor error del presidente saliente fue ordenar el envío el 8 de agosto
de 2008 de tropas a Osetia del Sur para hacerse con el control de esa
región separatista, acción que provocó una guerra con Rusia, que en sólo
cinco días derrotó a las Fuerzas Armadas georgianas.
Con esa
fallida acción de fuerza, Georgia no solo perdió dos regiones
separatistas, sino también parte del apoyo de Occidente.
Sin
embargo, pese a la debacle de su aventura militar en Osetia del Sur,
Saakashvili consiguió mantener las riendas del poder con un giro
marcadamente autoritario en su gobierno, que finalmente le pasó factura
en la elecciones parlamentarias de 2012.
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