La activista brasileña de Greenpeace detenida
y acusada de piratería en Rusia, Ana Paula Maciel, cumplió este fin de
semana un mes en prisión, donde pidió el derecho de fianza para seguir
el proceso en libertad, pero que por ahora sigue en el aire tras el
aplazamiento de la vista del pasado jueves.
La bióloga de Rio
Grande do Sul (en el sur de Brasil) fue detenida el pasado 19 de
septiembre junto a otros 27 activistas y dos periodistas en la
embarcación de Greenpeace, Arctic Sunrise, tras una protesta contra una
plataforma de la empresa rusa Gazprom en el Ártico, donde la estatal
busca petróleo.
El día anterior, cuando comenzó la protesta,
tuvo lugar la primera detención, la de dos "escaladores" que estaban ya
encaramados a la estructura de la plataforma. El 19 la protesta continuó
y las fuerzas armadas rusas apresaron al resto de activistas.
"Ella sabe que lo que Rusia intenta es presionar a los activistas para
que dejen de protestar en el país", aseguró Telma Maciel, hermana de Ana
Paula, en una entrevista a Efe, y adelantó que la detenida "no dejará
de ser activista" porque es "su naturaleza".
Telma hizo estas
primeras declaraciones antes de la vista programada para el pasado
jueves que fue suspendida por falta de traductor, argumento que la
familia de Ana Paula no consideró suficiente.
"Desde el primer
día en el que detienen a mi hermana saben de la necesidad de un
traductor de portugués, lo sabían antes y lo saben ahora", subrayó
posteriormente.
Pese al aplazamiento, Telma aseguró que tiene
esperanzas de que la justicia rusa reconozca el derecho de fianza de Ana
Paula y que ésta pueda seguir el proceso en su contra, en libertad.
Por su lado, Greenpeace Brasil recibió la noticia del aplazamiento de
la vista "con tristeza" ya que esperaban que "la carta de garantías del
Gobierno brasileño pidiendo la libertad pero asegurando que ella
asistiría al proceso" en Rusia ayudara.
"Teníamos esa
esperanza en la mejor o en la peor de la respuestas pero los abogados de
la organización nos informaron de que se aplazaba", recordó Sérgio
Leitao, director de Políticas Públicas de la ONG en Brasil.
Leitao quiso recordar en la entrevista que concedió a Efe que la
relación con el Gobierno brasileño es "muy eficaz" y que además de la
carta de garantías, "la embajada brasileña en Rusia sigue en contacto
con Ana Paula y le ayuda para que pueda hablar con su familia".
Si los cargos de piratería se confirmaran, los activistas podrían
pasar hasta quince años en prisión, un acusación que para la ONG "no
tiene sentido" ya que, en su opinión, "la diferencia entre activismo
político y piratería es clara".
El pasado viernes, cuando se
cumplían 30 días de la protesta frente a la plataforma de Gazprom, la
oficina de Greenpeace en Murmansk (donde la activista permanece en
prisión) fue asaltada por seis enmascarados y una jaula que iba a ser
utilizada en la protesta desapareció.
Según explicó la ONG, la
"principal cuestión" del proceso es poder demostrar "que piratería
implica cometer un crimen" y que la "protesta pacífica es un derecho de
cualquier ciudadano".
"No estamos preocupados por Greenpeace,
sino por el derecho a la libre manifestación y la libre expresión de
cualquier persona en cualquier rincón del planeta", continuó Sérgio
Leitao.
Según explicó Telma Maciel a Efe, su hermana "está
bien" y "resistirá" en caso de que la justicia rusa le niegue el derecho
de fianza. En Greenpeace Brasil, sus compañeros la describen como "una
chica rubia y de ojos azules cuyo aspecto puede engañar, pero es una
brasileña típica: comunicativa, simpática y sin miedo al trabajo duro".
"Cada tres meses se embarca en un navío, actúa como activista y
marinera y vuelve a casa para descansar durante otros tres meses",
cuentan en Greenpeace, donde dicen de ella que en la embarcación "se
muestra centrada y siempre de buen humor".
En alta mar
"aprendió inglés sola, con los miembros de la tripulación y además se
atreve con el italiano y el español y como buena marinera hace de todo
en los navíos y también fuera de ellos", continúa la descripción que
hacen de Ana Paula en la página web de la organización.
"Es
una persona que marca la diferencia en el mundo", sentenció Rosangela
Maciel, orgullosa madre de esta bióloga de 31 años, que hoy cumple 31
días en prisión, sin tener fecha para poder defender su derecho a fianza
y aguardar el proceso en libertad rodeada de los suyos.
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