Las autoridades de Ucrania buscan
contrarreloj una vía para excarcelar a la ex primera ministra y líder
opositora Yulia Timoshenko, el principal obstáculo para cerrar un
histórico tratado de asociación con la Unión Europea, que esperan firmar
en Vilna a finales de noviembre próximo.
El reciente anuncio
del presidente ucraniano, Víctor Yanúkovich, de que está dispuesto a
promulgar una ley que permita a Timoshenko recibir tratamiento médico en
el extranjero es la mejor prueba de la importancia que le concede al
Tratado de Asociación con la UE.
La UE ha pedido en numerosas
ocasiones al Gobierno de Kiev que reconsidere la situación de
Timoshenko, en prisión desde hace dos años tras un juicio plagado, según
Bruselas, de irregularidades y marcado por la aplicación selectiva de
la justicia.
Yanukóvich, sin embargo, no está dispuesto a un
compromiso que deje a su más acérrima rival en condiciones de regresar a
la lucha política, en particular como candidata para las elecciones
presidenciales de 2015.
"Debemos establecer la base jurídica
para que la solución del caso Timoshenko sea posible", declaró la semana
pasada el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Leonid Kozhar, al
comentar la propuesta de Berlín de que la líder opositora, aquejada de
una hernia discal, prosiga tratamiento médico en Alemania.
El canciller ucraniano recalcó que no sólo se trata de un problema jurídico.
"Desde el punto de vista político, también es un problema, ya que
millones de personas en este país creen de verdad que Timoshenko cometió
un crimen", subrayó.
Timoshenko fue condenada a siete años de
prisión tras ser declarada culpable de "abuso de poder" por autorizar
en 2009, cuando estaba al frente del Gobierno, la firma de unos
contratos gasísticos con Rusia, que las actuales autoridades
consideraron extremadamente desventajosos para Ucrania.
El
presidente del Parlamento ucraniano, Vladímir Rybak, ha expresado su
confianza en que ya la próxima semana los diputados estudiarán un
proyecto de ley que permita a los condenados que se encuentran enfermos y
no puedan recibir tratamiento en el país, que puedan hacerlo en el
extranjero.
"La ley debe ser redactada de forma tal que los
condenados no puedan eludir el castigo, porque el tratamiento médico no
es un indulto", explicó Rybak en unas declaraciones al periódico digital
"Ukrainskaya Pravda".
Los correligionarios de Timoshenko han
criticado la decisión de Yanukóvich de endosar a la Rada Suprema, el
Parlamento, la responsabilidad por la situación de la ex primera
ministra.
"Me sorprende que el presidente, que tiene la
facultad de indultar y amnistiar, justo un par de meses antes de la
cumbre (de Vilna) intente traspasar la responsabilidad a la Rada
Suprema", dijo Serguéi Sóbolev, número dos del grupo parlamentario de
Batkivschina, el partido de Timoshenko.
El diputado opositor
indicó que Batkivschina "ha agotado todas las opciones legislativas" y
que "a Yanukóvich lo único que le queda es firmar un decreto de indulto o
de amnistía".
El pasado 4 de octubre una misión del Parlamento Europeo solicitó a Yanukóvich que indulte a Timoshenko.
Sin embargo, el jefe de Estado ha declarado en numerosas ocasiones
que él no tiene facultades para modificar una sentencia judicial.
La prensa ucraniana se ha hecho eco de versiones que señalan que
Yanukóvich estaría dispuesto a indultar a Timoshenko sólo a cambio de su
inhabilitación para presentarse como candidata a la Presidencia y del
pago de una multa millonaria.
En todo caso, en el oficialista
Partido de las Regiones (PR) hay optimismo y consideran que el Tratado
de Asociación con la UE será firmado, sí o sí, en Vilna.
"Tengo el buen presentimiento de que firmaremos este tratado y
hallaremos una solución a este asunto (el caso Timoshenko). El problema
es cuándo, porque puede solucionarse antes, durante o después de la
cumbre", dijo el diputado de PR Vladímir Oleinik al Canal 5 de la
televisión ucraniana.
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