Rusia calificó hoy de "inaceptable" y "poco
convincente" la reacción oficial de Holanda a la protesta de Moscú por
el trato recibido por el ministro consejero de la embajada rusa en La
Haya, Dmitri Borodín, detenido en su vivienda por presunto maltrato a
sus dos hijos.
Los resultados "de las gestiones diplomáticas
llevadas a cabo hoy en los ministerios de Exteriores de Rusia y Países
Bajos en relación al ataque contra el ministro consejero de la embajada
de Rusia en La Haya, Dmitri Borodín, no pueden satisfacer de ninguna
manera a la parte rusa", afirmó el portavoz de la Cancillería, Alexandr
Lukashévich.
"El resultado de las conversaciones es más que
decepcionante. La reacción de nuestros socios holandeses resultó ser
poco convincente, inaceptable y poco acorde al nivel de las relaciones
ruso-holandesas", lamentó el diplomático en un comunicado publicado en
la página web del ministerio.
Según Moscú, varios policías
armados irrumpieron el pasado fin de semana en el apartamento de Borodín
y lo esposaron y golpearon delante de sus hijos, tras lo cual fue
trasladado a una comisaría en un vehículo policial, todo esto después de
que les avisara del estatus diplomático que le otorga inmunidad.
Tras permanecer casi toda la noche en las dependencias policiales, el
diplomático ruso fue puesto en libertad "sin explicaciones ni
disculpas", según Lukashévich.
A la petición oficial de Rusia
para que Holanda diera explicaciones sobre el incidente, la Cancillería
neerlandesa respondió que solamente presentará excusas en el caso de que
"la investigación sobre los hechos concluya que hubo una violación de
la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas".
"El
intento de la parte holandesa de justificar aunque sea mínimamente la
dura acción de los policías no resiste ni la más elemental crítica",
señaló Lukashévich tras conocer la respuesta de los Países Bajos.
Para el portavoz de la diplomacia rusa "los hechos hablan por sí
solos: los policías irrumpen en la vivienda de un alto diplomático ruso,
lo esposan, se lo llevan a una comisaría y lo dejan sin posibilidad de
ponerse en contacto con la embajada de Rusia".
"En el caso de
Borodín se han violado todos los derechos humanos. Además, se trata de
un diplomático de cuyo lado está el derecho internacional, y es
obligación del Estado holandés garantizar su seguridad", aseveró
Lukashévich.
Poco antes, la Cancillería rusa había subrayado
"la necesidad de que las autoridades holandesas hagan responder con todo
rigor a las personas que atacaron al diplomático, presenten disculpas
oficiales a la parte rusa y a la familia de Borodín y compensen el daño
material y moral" que ha sufrido.
Tras conocer la reacción
holandesa, Rusia reiteró que sigue "a la espera de recibir explicaciones
que no dejen ni un cabo suelto, si es que son posibles, y disculpas
reales de la parte holandesa, además de que se tomen medidas contra los
organizadores y participantes en esta provocación", según Lukashévich.
Este incidente coincide con las tensiones entre Amsterdam y Moscú por
la detención en Rusia de los activistas del rompehielos "Arctic
Sunrise", de Greenpeace, que navegaba bajo bandera holandesa.
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