La tripulación del rompehielos "Arctic
Sunrise" de Greenpeace permanece retenida por los guardacostas rusos en
el Ártico en espera de posibles acusaciones de piratería por protestar
contra la explotación petrolífera en esas aguas.
"El barco (de
la ONG) ahora está siendo remolcado rumbo a (la ciudad portuaria rusa
de) Múrmansk con toda la tripulación bajo custodia", informó a Efe la
portavoz de la oficina de Greenpeace en Moscú, María Favórskaya.
"Esperamos su llegada al puerto (de Múrmansk) el próximo lunes",
precisó la fuente, que agregó que la oficina de Moscú no ha conseguido
comunicarse con el "Arctic Sunrise" desde hace dos días cuando los
guarda fronteras rusos armados con fusiles automáticos abordaron el
buque de la organización ecologista.
Mientras, Mijaíl
Kreindlin, empleado de la oficina moscovita de Greenpeace, explicó que
se puede seguir el posicionamiento del barco a través de satélites.
Calificó de ridículos los cargos de piratería y realización de
estudios científicos ilegales que podría afrontar la tripulación del
"Arctic Sunrise", algo a lo que apuntan el Servicio Federal de Seguridad
(FSB por sus siglas en ruso, el antiguo KGB) y el Comité de Instrucción
ruso.
"Conforme al artículo 227 del Código Penal ruso, la
piratería es un asalto con el uso de la fuerza, lo que no fue el caso",
dijo en referencia al intento de los activistas de atarse a la
plataforma Prirazlómnaya del monopolio ruso Gazprom en protesta contra
la extracción petrolífera en la instalación.
En el mismo
sentido se han manifestado los abogados de la ONG y la empresa jurídica
"Sokolov, Máslov y Socios", que catalogaron de violación del derecho la
detención de los activistas.
Según un análisis jurídico
realizado por dichos especialistas, no hay motivo para acusaciones
formales dado que el rompehielos no ha cruzado la llamada "zona de
seguridad" alrededor de la plataforma ni tampoco hay pruebas de que los
equipos hallados por la patrulla rusa en el barco se hayan utilizado
para estudios científicos.
Mientras, al menos 200.000 personas
han firmado en internet una petición de Greenpeace para liberar a los
27 activistas, según Favórskaya, que añadió que en un total de 35 países
se convocan piquetes de protesta frente a las embajadas rusas.
Moscú entregó el miércoles al embajador de Holanda una nota de
protesta por lo que calificó de "acciones provocativas que amenazaban
las vidas humanas y que podían acabar en una catástrofe ecológica" por
el rompehielos bajo la bandera neerlandesa.
Lo hizo un día
después de que la guardia de fronteras rusa abriera fuego de advertencia
contra el "Arctic Sunrise" después de que activistas de Greenpeace
partiesen del rompehielos en lanchas neumáticas hacia la plataforma
Prirazlómnaya de Gazprom para atarse a ella.
Gazprom planea
comenzar la producción de petróleo en esa plataforma en el primer
trimestre de 2014, lo que, según la ONG, aumenta el riesgo de que se
produzca un derrame de petróleo en un área que contiene tres reservas
naturales protegidas por la propia legislación rusa.
A finales
de agosto, el mismo rompehielos fue interceptado por la guardia de
fronteras rusa en la ruta del Mar del Norte, donde los activistas de
Greenpeace intentaron llevar a cabo otra acción de protesta contra la
exploración geológica de las regiones del Ártico de cara a la extracción
de petróleo.
Las autoridades rusas indicaron que la ONG no
tenía permiso para usar la ruta del Mar del Norte, y el Ministerio ruso
de Exteriores acusó a los organizadores de la expedición de haber
violado la legislación rusa.
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