El embajador de Rusia en Brasilia, Sergey
Okopov, se comprometió hoy a intermediar en un posible encuentro del
exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, siglas en inglés)
de EEUU Edward Snowden con parlamentarios brasileños que investigan las
acciones de espionaje en Brasil, informaron fuentes oficiales.
Okopov le garantizó a la comisión del Congreso de Brasil con la que se
reunió este martes que consultará con las autoridades de su país sobre
la posibilidad de que los parlamentarios puedan interrogar a Snowden,
que está asilado en Rusia.
El diplomático, sin embargo, aclaró
que cualquier reunión está condicionada a la aprobación tanto del
gobierno de Rusia como del propio Snowden y a que el encuentro no viole
las normas que garantizan el asilo del estadounidense en Moscú, explicó
el diputado Iván Valente, en declaraciones a periodistas.
De
acuerdo con Valente, diputado por el opositor Partido Socialismo y
Libertad (PSOL) y uno de los integrantes de la comisión, Okopov dio un
plazo de al menos una semana para recibir una respuesta del gobierno de
Rusia.
El diplomático ruso, según la versión del parlamentario
brasileño, considera que Snowden estaría interesado en colaborar con el
Congreso brasileño incluso porque "cuanto más sepa el mundo de su
situación, más seguro se sentirá".
La Cámara de Diputados de
Brasil aprobó la semana pasada el viaje a Moscú de una comisión
integrada por al menos seis legisladores para que interrogue a Snowden
sobre las actividades de espionaje de ese organismo a ciudadanos y
empresas brasileñas.
Tanto el Senado como la Cámara Baja
crearon comisiones para investigar la veracidad de las denuncias según
las cuales la NSA espió las comunicaciones electrónicas y telefónicas de
la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y de sus principales asesores,
así como de la petrolera estatal Petrobras, mayor empresa de Brasil.
Ambas denuncias están apoyadas en documentos que Snowden le entregó
al periodista estadounidense Glenn Greenwald, columnista del diario
británico The Guardian que reside en Río de Janeiro.
Las
denuncias llevaron a Rousseff a anunciar hoy su decisión de demorar la
visita de Estado que haría a Washington el 23 de octubre.
La
decisión fue anunciada en una nota oficial en la que explica que fue
tomada de común acuerdo con el presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, y que dice claramente que se debió al espionaje a la mandataria, a
empresas y ciudadanos brasileños.
"Teniendo en cuenta la
proximidad de la programada visita de Estado a Washington -y en ausencia
de una investigación de lo ocurrido, con las correspondientes
explicaciones y compromiso de cesar la interceptación- no están dadas
las condiciones para la realización de la visita", indica la nota.
Rousseff al parecer no quedó satisfecha con las explicaciones que le
ofreció Obama en la reunión que tuvo con el presidente estadounidense
hace dos semanas en San Pesterburgo (Rusia), en donde coincidieron para
una cumbre del G20, ni con las dadas en una conversación telefónica de
ambos el lunes
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