El Gobierno de Estados Unidos anunció hoy que
examinará la propuesta rusa encaminada a que Siria entregue su arsenal
químico, aunque expresó un "serio escepticismo" respecto a que el
régimen sirio lo cumpla.
En una rueda de prensa, el asesor
adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Tony Blinken, dijo que
el Gobierno aún no tiene los detalles de la propuesta rusa, pero cuando
la reciba la "revisarán con detenimiento".
Ahora bien,
puntualizó el asesor, "no debemos olvidar que Siria tiene uno de los
arsenales de armas químicas más grandes del mundo" y que Damasco ha
dejado pasar muchas ocasiones en el pasado de renunciar a sus armas
químicas.
Blinken trató la propuesta con escepticismo y como
una iniciativa que en realidad emana de Rusia y no de las palabras de
Kerry.
Poco antes, en otra conferencia de prensa, la portavoz
adjunta del Departamento de Estado, Marie Harf, aseguró que el
secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, hablaba de manera
"retórica" cuando dijo que Siria podría evitar un ataque si entregaba
todo su arsenal de armas químicas.
Según la portavoz, Kerry habló de esa posibilidad "de manera retórica sobre una situación muy poco probable".
Harf aseguró que el Departamento "revisará los detalles" de la
propuesta hecha hoy por el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov,
pero la diplomacia estadounidense alberga "un profundo escepticismo"
respecto a la posibilidad de que el régimen de Bachar al Asad entregue
todas sus armas químicas y las ponga bajo control internacional para su
destrucción.
"Examinamos todas las ideas que se ponen sobre la
mesa", indicó Harf, quien aseguro, no obstante, que el Congreso
estadounidense debe actuar lo antes posible para autorizar la
intervención militar "limitada" que ha pedido el presidente Barack
Obama.
Según el Departamento de Estado, Siria ha rechazado
durante los últimos dos años someter a control internacional su arsenal
de armamento químico y dijo que la "declaración rusa" se debe poner "en
contexto", ya que se formula tras la "amenaza de una acción militar de
Estados Unidos", lo que también subrayó la Casa Blanca.
Harf
advirtió que lo que no desea Washington es que esta propuesta rusa "sea
utilizada como una nueva táctica de estancamiento", para esquivar una
intervención militar (que Estados Unidos ha dicho que será limitada) sin
que se produzcan cambios sustanciales sobre armamento químico.
Asimismo, Blinken agregó que Bachar al Asad es el responsable del
ataque químico cometido el pasado 21 de agosto a las afueras de Damasco y
quitó credibilidad a las informaciones que indican que el mandatario no
tenía conocimiento del mismo.
"Asad controla el programa de
armas químicas, cualquier orden para usar armas químicas debería haber
sido iniciada por Asad", afirmó.
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