El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi
Lavrov, instó hoy al Gobierno sirio a cooperar con la comunidad
internacional en el control de armas químicas y en su total destrucción,
para evitar un ataque liderado por Estados Unidos.
"Si poner
bajo control las armas químicas en Siria ayuda a evitar el ataque
(contra este país), Rusia se sumará inmediatamente a este proceso" para
pedir a Damasco que coopere y que proceda "a la destrucción total de
estas armas", dijo Lavrov en una comparecencia ante la prensa convocada
de urgencia.
El ministro apoyó así la oferta que le hizo hoy
al Gobierno sirio de Bachar al Asad el secretario de Estado
estadounidense, John Kerry, quien aseguró en Londres que EEUU no atacará
Siria si Damasco entrega antes de la próxima semana todas sus armas
químicas.
Lavrov hizo su declaración poco después de reunirse
hoy con su colega sirio, Walid Muallem, cuando ambos se mostraron
confiados en que, pese a la gravedad de la situación, aún hay margen
para un arreglo político al conflicto sirio, aunque advirtieron de que
una intervención militar exterior podría arruinar esa posibilidad.
Este encuentro tuvo lugar un día antes de que el presidente de EEUU,
Barack Obama, se dirija a la población de su país para explicar su
anunciada decisión de atacar objetivos militares en Siria.
El
mensaje de Obama coincidirá con el comienzo del debate en el Congreso de
EEUU sobre la decisión de lanzar un ataque "limitado" contra objetivos
del régimen del presidente sirio en represalia por un presunto ataque
con armas químicas contra la población civil, que Washington considera
demostrado.
"No sabemos si lo van a aceptar en Siria, pero (si
la oferta de Kerry es cierta) nos ponemos inmediatamente a trabajar con
Damasco" a fin de convencer a su Gobierno de que acepte la propuesta y
coopere con la comunidad internacional, subrayó Lavrov.
Dijo que ya le ha trasladado la renovada postura de Rusia al jefe de la diplomacia siria.
"Esperamos una rápida, y espero que positiva respuesta", recalcó el ministro ruso.
Rusia insta a Siria "no sólo a poner bajo control internacional los
lugares donde se guardan las armas químicas, sino también a proceder a
su posterior destrucción y además sumarse plenamente a la Organización
para la Prohibición de las Armas Químicas", según Lavrov.
En
la rueda de prensa con Muallem, Lavrov agregó que Moscú y Damasco están
convencidos de que "aún hay posibilidades de un arreglo político" al
conflicto en el país árabe.
Dijo que Rusia en los últimos años
ha mantenido contactos con todos los grupos sirios y que "continuará
trabajando para persuadirles de que no hay alternativa a una conferencia
internacional de paz".
"Si en estos contactos entendemos que
puede ser útil para la causa, no descartamos invitar a Moscú a todos los
que están interesados en la paz en Siria, a los que están interesados
en un arreglo político y rechazan un guión militar", señaló.
Muallem, a su vez, señaló que "no están agotadas las posibilidades
diplomáticas para un arreglo político", que -subrayó- es la única
solución a la crisis en su país.
Expresó también la
disposición del Gobierno de Damasco de volver a recibir a la comisión de
expertos de la ONU que investigó sobre el terreno el "posible empleo de
armas químicas".
El canciller ruso repitió la tesis de que
son los grupos opositores sirios los que han usado armas químicas a fin
de culpar al régimen de Al Asad y provocar una intervención militar
exterior.
"A mi modo de ver, tenemos pruebas suficientes",
contestó Lavrov a la pregunta de si Moscú tenía pruebas de que la
oposición haya utilizado ese tipo de armas.
Según el canciller
sirio, Damasco está dispuesto a acudir "sin ningún tipo de condiciones"
a una conferencia internacional de paz para resolver mediante
negociaciones el conflicto que desde hace dos años desgarra Siria.
"Pero si se produce una agresión, nuestra posición cambiará", advirtió Muallem.
El jefe de la diplomacia siria entregó a Lavrov un mensaje de Al Asad
destinado al presidente ruso, Vladímir Putin, en el que le agradece la
postura del Kremlin frente al conflicto en Siria, en particular en la
reunión del G20 que se celebró la semana pasada en San Petersburgo, la
antigua capital imperial rusa.
Al término de esa reunión, el
jefe del Kremlin adelantó que Rusia ayudará a Siria en caso de que sea
atacada desde el exterior, de la misma manera que lo hace ahora
suministrando armas y cooperando en el terreno económico.
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