El ministro de Asuntos Exteriores ruso,
Serguéi Lavrov, afirmó hoy que la postura de Moscú de rechazo a una
intervención foránea en el conflicto en Siria se mantiene inmutable, al
recibir a su homólogo sirio, Walid Muallem.
"La posición de
Rusia es conocida: no cambia ni está sujeta a variaciones coyunturales",
dijo el jefe de la cancillería rusa, citado por la agencia Interfax, al
comienzo de las conversaciones con su colega sirio.
Muallen
transmitió la gratitud del presidente sirio, Bachar Al Asad, al
presidente de Rusia, Vladímir Putin, por su postura frente al conflicto
en el país árabe.
"El presidente (Al Asad) pidió expresar su
gratitud a Putin por su posición en la cumbre del G20", dijo el
canciller sirio, citado por la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti.
En la reunión del G20, celebrada la semana pasada en la ciudad rusa
de San Petersburgo, el jefe del Kremlin recalcó la oposición de Rusia a
una intervención extranjera en Siria y adelantó que ayudará al país
árabe en caso de que sea atacado desde el exterior.
Lavrov insistió hoy en que Moscú considera que "no hay alternativa a una solución pacífica al conflicto en Siria".
"No hay solución militar, ni menos aún una solución militar vinculada a una intervención del exterior", puntualizó.
El jefe de la diplomacia rusa declaró que Rusia insiste en la
necesidad de convocar una nueva conferencia internacional de paz en
Ginebra.
Muallem, a su vez, indicó que a día de hoy el
Gobierno de Damasco está dispuesto a participar en dicha conferencia
"sin condiciones previas".
"Hasta este momento, estamos
dispuestos, pero no sé que ocurrirá después de la agresión
estadounidense", dijo el canciller sirio.
El presidente de
Estados Unidos, Barack Obama, se dirigirá mañana a su país para explicar
su decisión de atacar objetivos militares del régimen del presidente
sirio Bachar Al Asad.
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