Rusia suspendió hoy los ensayos de los
misiles intercontinentales Bulavá y de dos de los submarinos atómicos
que los portarán tras un fallido lanzamiento, anunció hoy un portavoz
del Ministerio de Defensa ruso.
"La víspera en el Mar Blanco
durante unas pruebas del submarino atómico 'Alexandr Nevski' se lanzó un
misil Bulavá rumbo al polígono de Kura en la península de Kamchatka"
(Lejano Oriente), aseguró la fuente a las agencias locales.
El
misil, el orgullo del arsenal nuclear ruso, abandonó la plataforma de
lanzamiento submarina, pero sufrió un fallo en el sistema de mando
cuando llevaba menos de dos minutos de vuelo autónomo.
Por
este motivo, agregó, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, decidió
suspender todos los ensayos con el "Alexandr Nevski" y el también
submarino atómico de cuarta generación "Vladímir Monomaj", y los
próximos cinco lanzamientos del Bulavá para revisar sus parámetros
técnicos.
La comisión de investigación que intentará
esclarecer las causas del fallo estará encabezada por el jefe de la
Armada rusa, el almirante Víctor Chirkov, precisó.
Recientemente, el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó la puesta en
servicio este año de otros tres submarinos atómicos de cuarta
generación, dos de ellos equipados con Bulavá.
Entre ellos
figurarían el "Vladímir Monomaj" y el "Alexandr Nevski" que pertenecen
al proyecto 955, código Borey, en el marco del que deben construirse
otros cinco submarinos de cuarta generación.
"Lamentablemente,
la construcción de buques de superficie y submarinos y la realización
de los ensayos se retrasan, al igual que ocurre con el armamento que
deben portar", dijo entonces el jefe del Kremlin.
Putin
recordó que en 2012 entró en servicio el "Yuri Dolgoruki" -proyecto 955-
y se modernizaron los sumergibles equipados con misiles "Novomoskovsk" y
"Verjoturie".
La Armada rusa tenía previsto comenzar la
producción en serie de los Bulavá en 2009, pero los repetidos fallos la
hicieron cambiar de planes de un proyecto que, según la prensa, ha
costado al Estado ruso una gran parte de su gasto en Defensa desde 1998.
Los Bulavá llevan hasta diez ojivas de guiado individual, tienen
8.000 kilómetros de alcance y, según Moscú, pueden burlar cualquier
escudo antimisiles, incluido el estadounidense.
El misil R30
3M30 Bulavá-30 (SS-NX-30, según la clasificación de la OTAN, y RSM-56 en
los tratados internacionales) es una versión naval del misil balístico
intercontinental con emplazamiento en tierra, Tópol.
Rusia
confía en que los Tópol y los Bulavá le permitan mantener la paridad
nuclear con EEUU por lo menos durante el próximo medio siglo.
Los submarinos nucleares, la aviación estratégica y los misiles
intercontinentales conforman la tríada nuclear rusa en el programa de
rearme ruso, que contempla el gasto de unos 700.000 millones de dólares
en armamento hasta 2020.
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