a estatua del dictador soviético Iosif
Stalin, inaugurada ayer en la ciudad georgiana de Telavi, amaneció hoy
cubierta de pintura roja y con la inscripción "Abajo el estalinismo" en
una pared situada detrás de la figura de bronce.
El presidente
del Instituto de Estrategia de Gobierno de Georgia, Petré Mamradze,
manifestó a Efe que no tiene dudas acerca de la autoría del acto
vandálico, que atribuyó a "los activistas del Movimiento Nacional Unido
(MNU) del presidente (Mijaíl Saakashvili)".
"Ya en otras
ocasiones habían recibido encargos para actuar contra la herencia
histórica de Georgia", lamentó Mamradze, uno de los muchos defensores
que hay en el país caucasiano de recuperar la memoria del estadista
soviético de origen georgiano.
La instalación de la estatua,
ubicada al lado del memorial en honor de los soldados caídos durante la
Segunda Guerra Mundial, ha sido posible gracias a las autoridades
municipales de Telaví, que permitieron la iniciativa de la Sociedad
Internacional Stalin.
El anterior Gobierno georgiano, dirigido
hasta hace un año por el MNU, organizó una campaña contra todos los
símbolos soviéticos, que comparó con los fascistas.
El MNU
desmontó otro gran monumento al "padre de los pueblos" en Gori, su
ciudad natal, y cerró un museo dedicado a su figura en la ciudad de
Batumi.
El presidente de la Sociedad Internacional Stalin,
Grigol Oniani, aseguró la víspera a Efe que la estatua, de dos metros de
altura, fue creada con el dinero de las donaciones de muchos habitantes
de esta ciudad de Georgia Oriental.
"Nadie puede prohibirnos amar a Stalin, el más famoso de nuestros compatriotas", dijo Oniani.
La estatua fue descubierta en una ceremonia solemne, con flores
depositadas a los pies de la figura de bronce y poemas en honor del
segundo mandatario de la Unión Soviética, calificado por los asistentes
como "la más grande personalidad del siglo XX".
Gracias al
actual Gobierno del primer ministro Bidzina Ivanishvili, que derrotó al
partido de Saakashvili en las elecciones de octubre de 2011, la estatua
de Gori, también de bronce pero de nueve metros de altura, será devuelta
a su lugar original el próximo 21 de diciembre, en el 134 cumpleaños
del estadista soviético.
La patria chica de Stalin albergaba
el monumento más famoso al dictador de toda la Unión Soviética, sobre
todo después de que muchos otros fueran destruidos tras la campaña para
desmontar el culto a su personalidad iniciada por su sucesor Nikita
Jrushev.
También en Gori funciona desde 1957 la casa-museo de
Stalin, visitada el año pasado por más de 30.000 personas y otras 22.000
en lo que va de este año, 19.000 de ellos extranjeros.
En
este peculiar santuario al hombre que en la mayor parte del mundo es
recordado como uno de los mayores genocidas de la historia guardan
algunos de sus objetos personales, como una de sus famosas pipas, un par
de botas, un capote, un teléfono o incluso menaje de cocina.
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