Dos influyentes líderes republicanos del
Senado de Estados Unidos, John McCain y Lindsey Graham, pidieron hoy al
Gobierno de Barack Obama tomar las más medidas necesarias que demuestren
a Rusia "que habrá consecuencias por sus continuas acciones que socavan
los intereses nacionales estadounidenses".
En un comunicado
conjunto, ambos senadores apoyaron la decisión del presidente de
cancelar su encuentro bilateral el mes próximo con su homólogo ruso,
Vladimir Putin, después de que el Gobierno de Rusia concediera asilo al
que fuera técnico de la CIA, Edward Snowden, acusado de espionaje por
Estados Unidos.
Sin embargo, consideraron que su país ahora
debe "ir más allá de actos simbólicos y tomar los pasos necesarios para
establecer una estrategia más realista" en sus "relaciones con Rusia".
"Debemos hablar en nombre de las muchas personas en Rusia que cada
vez más encuentran el valor de exigir de forma pacífica más libertades,
rendición de cuentas y el imperio de la ley en Rusia", indicaron McCain y
Graham, senadores republicanos por Arizona y Carolina del Sur,
respectivamente.
A su juicio, Estados Unidos debe tomar
medidas que demuestren al Gobierno de Rusia "que habrá consecuencias por
las continuas acciones que socavan los intereses nacionales
estadounidenses".
En ese sentido, recomendaron ampliar "de
forma significativa" la llamada "Ley Magnitski", que sanciona a
funcionarios rusos responsables de graves violaciones a los derechos
humanos, entre ellos los presuntamente implicados en la muerte en
prisión en 2009 del abogado Serguéi Magnitski.
Los dos
senadores también pidieron que Washington ejerza más presión sobre los
casos de detención y condena de disidentes rusos como Mijail Jodorkovsky
y Alexei Navalny.
McCain y Graham respaldan, asimismo, la
idea de completar el acuerdo de la Alianza Transatlántica de Comercio e
Inversión, para que Estados Unidos pueda vender "con más libertad" sus
crecientes suministros de petróleo y gas natural a sus aliados en Europa
y así ayudarles a eliminar su dependencia en los recursos energéticos
de Rusia.
La decisión de Rusia de dar asilo temporal a
Snowden, al que Estados Unidos considera un fugitivo que debe ser
castigado por filtrar datos secretos, ha avinagrado aún más las
relaciones entre ambos países.
Al anunciar la cancelación del
encuentro con Putin en Moscú el mes próximo, el propio Obama afirmó que
el asilo a Snowden es otro ejemplo de los retos que impiden relajar las
tensiones entre los dos antiguos rivales de la Guerra Fría.
Además del caso de Snowden, Estados Unidos y Rusia mantienen desacuerdos
en asuntos como la guerra en Siria y el futuro rumbo del sistema de
defensas antimisiles que Estados Unidos prevé establecer en Europa.
El Gobierno de Estados Unidos también ha criticado la presunta
violación de los derechos humanos en Rusia, incluyendo la represión de
disidentes, la violencia contra homosexuales y lo que se percibe como
una campaña de intimidación contra diversos grupos de la sociedad civil.
El avance en la agenda bilateral también se ve entorpecido por la
decisión de Rusia el año pasado de prohibir las adopciones de niños
rusos por parte de estadounidenses.
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