El ex analista de la CIA Edward Snowden, a
quien las autoridades rusas le concedieron asilo temporal, podría hacer
nuevas filtraciones en caso de que EEUU imponga sanciones contra Moscú,
según opinó hoy un politólogo ruso.
"Snowden, si lo desea,
podría ser utilizado por los servicios secretos rusos en un papel muy
interesante... Si de repente la lista Magnitski se amplía, Snowden
podría 'recordar' algunos detalles sobre los servicios en los que
trabajó", aseguró el director del Centro de Informaciones Políticas,
Alexéi Mujin, en rueda de prensa.
El analista se refería así a
una posible respuesta de Moscú a nuevas sanciones estadounidenses por
el caso Snowden y que amplíen la lista negra aprobada ya por Washington
en 2010 de los funcionarios rusos presuntamente implicados en
violaciones de derechos humanos.
Dicho documento prohíbe la
entrada a EEUU y la UE, y congela las cuentas bancarias en su territorio
de quienes estén vinculados con el proceso del abogado Serguéi
Magnitski, fallecido en prisión tras denunciar la existencia de una red
de policías corruptos que presuntamente malversaron fondos estatales.
Sin embargo, "las autoridades rusas le han concedido permiso para
entrar en territorio ruso a Snowden a condición de que no siga con su
campaña de revelaciones en internet" y que no perjudique los intereses
de EEUU, recordó el vicedecano del Departamento Político de la
Universidad de Moscú, Andréi Sídorov, en la misma conferencia de prensa.
En cuanto al destino de las relaciones bilaterales por el caso
Snowden, el analista se mostró convencido de que "sea como sea, las
relaciones siempre han sido multidireccionales" por lo que opinó que no
se puede simplificar hablando de empeoramiento o mejoría de éstas.
Sídorov dijo que "lo que le interesa a Rusia de EEUU, como la
cooperación económica, el desarrollo del comercio y actividades de
inversión, no le interesa a Washington (...) y al revés, las propuestas
de (el presidente de EEUU Barack) Obama como la reducción de armas
estratégicas no nos interesan demasiado a nosotros".
El
fugitivo perseguido por la justicia de EEUU abandonó el pasado 1 de
agosto el aeropuerto Sheremétievo de Moscú, donde permaneció atrapado
casi un mes y medio en espera de que las autoridades rusas le otorgaran
el asilo temporal.
Desde entonces, está viviendo en algún lugar no revelado de Moscú.
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