Unos 1.400 inmigrantes ilegales fueron
detenidos en dos grandes operaciones policiales llevadas a cabo la
víspera en la capital rusa, informó hoy la oficina de prensa de la
Policía de Moscú.
La gran mayoría de los detenidos, 1.200, son
ciudadanos vietnamitas, todos ellos capturados por la policía en unos
talleres clandestinos que también les servían de vivienda.
En
otra fábrica clandestina fueron detenidos otros 200 inmigrantes ilegales
procedentes de Egipto, Marruecos, Siria, Kirguizistán, Azerbaiyán y
Uzbekistán.
En el curso de los registros los agentes
policiales se incautaron de armas de fuego, pasaportes falsos y
documentación sobre el funcionamiento de los talleres clandestinos, en
los que se falsificaba ropa de marcas conocidas.
En la batida, que dirigió personalmente el jefe de la Policía de Moscú, Anatoli Yakunin, participaron más de 900 agentes.
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