El dirigente opositor Alexéi Navalni,
condenado hoy a cinco años de prisión por robo y fraude, fue declarado
hoy preso político por la organización de derechos humanos Memorial.
"Debido a las motivaciones políticas de las autoridades, la violación
de las normas procesales por la investigación y el tribunal,
consideramos que la sentencia es una decisión política", afirmó Alexandr
Cherkásov, director de Memorial.
Por todo ello, añadió:
"tanto Navalni como (Piotr) Ofitsérov -condenado a cuatro años como
cómplice del opositor- son presos políticos".
La condena de
Navalni, abogado de formación y popular bloquero que denunció la
corrupción en la administración pública, fue criticada por numerosos
políticos opositores, activistas de derechos humanos, escritores,
comentaristas políticos y antiguos ministros.
"Las autoridades
rusas utilizan la Justicia penal para aplastar la oposición política y
la movilización cívica", señaló Serguéi Nikitin, director de Amnistía
Internacional en Rusia.
Nikitin opinó que la sentencia contra
el opositor "es un nuevo testimonio del empeoramiento de la situación de
los derechos humanos en Rusia".
"El juicio transcurrió en un
clima de persecución política de Navalni y sus partidarios. A juzgar por
todo, esto está relacionado con que Navalni se dedica a la lucha contra
la corrupción y a actividades políticas", dijo.
Desde el
principio, añadió, "hubo claros signos de que la persecución penal de
Navalni estaba políticamente motivada. Los medios utilizados para
demostrar su presunta culpabilidad despiertan serias dudas", apuntó.
"El veredicto contra Navlani no parece tanto un castigo como un
intento de aislamiento de la vida social y del proceso electoral",
señaló en su cuenta de Twitter Alexéi Kudrin, exministro de Finanzas muy
cercano al presidente, Vladímir Putin.
El encarcelado Mijaíl
Jodorkovski, otrora el hombre más rico de Rusia, aseguró desde su
penitenciaría en Siberia Oriental que el fallo era "previsible e
inevitable".
Jodorkovski recordó que, al igual que en la Rusia
de Putin, en tiempos de Stalin los disidentes y opositores políticos
también eran procesados como criminales, lo que permitía a los
dirigentes del país negar la existencia de presos políticos.
Precisamente, Putin ha negado que en su gestión existan rasgos de
estalinismo y que en Rusia se encarcele a los opositores al Kremlin por
motivos políticos.
"Todos los ciudadanos de Rusia,
independientemente de sus funciones, deben ser iguales ante la ley.
Nadie mete especialmente a alguien entre rejas por motivos políticos. No
por ideas políticas (...), sino por violaciones de la ley", señaló.
En relación a Navalni, Putin aseguró que "nadie debe albergar la
ilusión de que si alguien grita 'al ladrón' a esa persona se le va a
permitir robar".
Navalni participó en la organización en
diciembre de 2011 de las mayores protestas antigubernamentales desde la
caída de la URSS
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