La UE está preocupada por la evolución de la Rusia de Putin, según embajador

La Unión Europea (UE) está preocupada por la evolución política en Rusia, aunque las relaciones no han sufrido "cambios sustanciales" desde el retorno al Kremlin de Vladímir Putin, aseguró hoy a Efe Fernando Valenzuela, embajador europeo en Rusia.

La Unión Europea (UE) está preocupada por la evolución política en Rusia, aunque las relaciones no han sufrido "cambios sustanciales" desde el retorno al Kremlin de Vladímir Putin, aseguró hoy a Efe Fernando Valenzuela, embajador europeo en Rusia.

"En el último año se ha aprobado legislación que tiende a ser más restrictiva y eso nos parece preocupante. Pero las relaciones siguen estando basadas en los mismos fundamentos y la misma interdependencia", dijo Valenzuela.

El diplomático español, que dejará en breve el cargo tras cuatro años en Moscú, opina que lo que ocurre es que ha emergido una más amplia y creciente clase media urbana que tiene nuevas inquietudes y presenta nuevas demandas políticas.

"Los cambios sociológicos deben encontrar poco a poco su cauce político. Lo importante es que tenemos los mecanismos en nuestras relaciones para hacer valer nuestras preocupaciones", señaló.

Valenzuela considera que, aunque en ocasiones durante las cumbres bilaterales no tienen lugar grandes avances, las relaciones pueden definirse genéricamente como buenas, ya que no hay ningún tema tabú.

"Cuando las relaciones son tan intensas siempre hay muchos problemas. No digo que no haya confianza, pero probablemente no la suficiente", indicó.

En concreto, aludió a la reciente decisión de Moscú de introducir impuestos al reciclaje de coches o camiones de segunda mano importados, lo que se puede extender a la maquinaria agrícola, motivo por el que los Ventiocho han recurrido a la Organización Mundial del Comercio (OMC).

"No existe un frente antirruso. Es verdad que hay Estados miembros nuevos y antiguos que pueden tener mayores o distintas sensibilidades. Con la Guerra Fría hemos estado viviendo en mundos separados durante decenios. Eso ha dejado una impronta de división", apuntó.

Uno de los ámbitos en los que sí se han registrado progresos es en materia de visados, uno de los caballos de batalla de las relaciones bilaterales desde hace muchos años.

"El régimen total de liberalización de visados no creo que se logre antes de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi (febrero de 2014). Aún queda mucho trabajo por hacer. Pero al alcance de la mano está la simplificación de visados", comentó.

Valenzuela adelantó que en breve habrá una nueva categoría de personas que con trámites simples obtendrán visados de múltiples entradas por cinco años e incluso habrá grupos de rusos que estarán exentos de esos trámites.

Las discrepancias en materia de conflictos también parecen haber amainado, especialmente desde que se anunció la propuesta de convocar una reunión en Ginebra entre representantes de la oposición siria y el régimen de Bachar al Asad.

"El horizonte de Ginebra-2 es el punto de convergencia. Tanto Rusia como la UE coinciden en que la crisis no puede tener una solución que no sea negociada, ya que una solución militar se prolongaría indefinidamente, lo que sería catastrófico para el país", señaló.

Con respecto a Irán y su controvertido programa nuclear, las posturas son aún más cercanas que en Siria y las recientes elecciones presidenciales en la república islámica abren nuevas perspectivas de solución, según el diplomático.

En lo que ambos países siguen atrincherados es en el tercer paquete energético, cuyo "objetivo final es la liberalización del mercado para que haya más competencia, los precios de la energía sean mejores y las empresas europeas sean más competitivas en el mundo".

"El tercer paquete es legislación europea, así que se tiene que cumplir, pero incluye flexibilidades, que es lo que estamos negociando para que sus aspectos negativos afecten lo menos posible a las empresas rusas", dijo.

Valenzuela recuerda que esa legislación "abre posibilidades extremadamente positivas para que las empresas rusas puedan acceder al mercado europeo sin ningún impedimento y en las mismas condiciones que las europeas".

"Sin embargo, las empresas energéticas no tienen esa posibilidad en Rusia, al menos en la misma medida. La realidad es que somos interdependientes. Rusia también nos necesita, ya que no hay otro cliente alternativo de la magnitud de la UE", dijo.

El diplomático español se muestra convencido de que, a medio y largo plazo, Rusia se encamina hacia una mayor convergencia con la UE, ya que, "con toda legitimidad, los rusos se sienten europeos"

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