El embajador precisó que el ataque
investigado por su país tuvo lugar el pasado 19 de marzo en la población
de Jan al Asal, en la provincia septentrional de Alepo, que fue
bombardeada con un misil que incluía material químico y causó 26
muertos.
Churkin detalló que fueron expertos rusos los que
recogieron de forma independiente las pruebas en el lugar del ataque y
que se analizaron después en un laboratorio ruso avalado por la
Organización para la Destrucción de Armas Químicas (OPAQ).
Rusia entregó hoy al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, los
resultados completos de esas pruebas recogidas en un informe de unas
ochenta páginas que incluye tanto fotografías como los análisis
químicos, según el embajador.
"Es un documento muy amplio y
técnico que acabamos de recibir y que estamos estudiando y, por lo
tanto, todavía no tenemos una reacción inmediata", dijo después ante la
prensa el portavoz de la ONU, Martin Nesirky.
El portavoz
detalló que los resultados de las pruebas aportadas por Rusia serán
analizadas por los expertos de la oficina de asuntos de desarme quienes
posteriormente entregarán sus conclusiones y harán sus recomendaciones a
Ban Ki-moon.
En todo caso, Nesirky recordó que el secretario
general de la ONU "se toma muy en serio" todas las denuncias sobre el
posible uso de armas químicas en Siria y que confía en que su misión de
expertos independientes puedan investigarlas sobre el terreno.
Churkin anunció que su país compartirá los resultados de esas pruebas
con Estados Unidos, Francia y Reino Unido, tres países que han
denunciado también el uso de armas químicas por parte del régimen de
Bachar al Asad.
"Espero que los analicen y si tienen preguntas
nuestros expertos están preparados para responder", indicó el
embajador, quien vino a decir que los casos denunciados por Washington,
Londres y París carecen de credibilidad aunque apoyó que se investiguen
"todos".
Churkin lamentó que la investigación del uso de armas
químicas en Siria no se haya podido materializar todavía pero confió en
que la misión de expertos de Naciones Unidas pueda llevar a cabo sus
estudios de manera "imparcial" e "independiente".
Dio la
bienvenida a la invitación de Siria para que la Alta Representante de la
ONU para el Desarme, Angela Kane, y al profesor Ake Sellström, jefe de
la misión técnica independiente, visiten Damasco para negociar los
términos de esa investigación.
Al menos 93.000 personas han
muerto en Siria desde el inicio del conflicto en marzo de 2011, según
datos de Naciones Unidos, aunque el Observatorio Sirio de Derechos
Humanos ha elevado ya la cifra a más de 100.000.
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