A su vez, el jefe de la agencia espacial rusa
(Roscosmos), Vladímir Popovkin, precisó a los periodistas que la
investigación concluirá "a lo largo de este mes de julio".
Al
mismo tiempo, Poopvkin descartó que el aparatoso accidente afecte al
lanzamiento del Módulo de Laboratorio Multifuncional (MLM) hacia la
Estación Espacial Internacional (EEI), previsto para el próximo mes de
diciembre.
"Creo que antes de diciembre seguro que lo resolvemos todo", subrayó el jefe de Roscosmos.
Segundos después de despegar desde el cosmódromo de Baikonur
(Kazajistán), el cohete que debía poner en órbita tres satélites
Glonass-M para el sistema de posicionamiento ruso GLONASS (análogo al
GPS estadounidense), se desvió de su trayectoria vertical y se estrelló
contra el suelo causando una gigantesca explosión.
La comisión
de investigación ha constatado que el cohete fue lanzado antes de
tiempo y ha considerado entre las versiones preliminares del siniestro
fallos en el sistema de arranque, el sistema de dirección o el motor de
la primera etapa del Protón-M.
"Se puede decir con toda
seguridad que el cohete salió antes de lo previsto (0,4 segundos antes),
cuando los motores no estaban todavía a pleno rendimiento", matizó
Popovkin.
Abrumado por los graves fallos que no dejado de
sufrir la industria espacial rusa en los últimos dos años -nueve
accidentes desde el verano de 2011- el Gobierno ruso se ha decantado por
la reestructuración integral de todo el sector.
"El Gobierno
está decepcionado con lo sucedido recientemente", recalcó Rogozin, que
aseguró que la comisión gubernamental para la reestructuración del
sector espacial tendrá listo un plan de actuación hacia finales de
septiembre.
La de esta semana no fue la primera vez que Rusia
perdía tres satélites Glonass-M en un lanzamiento: el 5 de diciembre
2010 tres aparatos de esa serie cayeron en el océano Pacífico debido a
un fallo en el bloque acelerador, la última etapa del cohete.
En agosto de 2011, un carguero ruso Progress, que portaba carga vital
para la EEI, se estrelló después del despegue, en lo que supuso el
primer accidente de ese tipo de nave en más de treinta años.
A
esto se suma la pérdida de varios satélites y el fracaso en noviembre
del año pasado del lanzamiento de la estación marciana Fobos-Grunt, que
supuso un duro revés para los planes rusos de exploración
interplanetaria.
También a finales del año pasado las
autoridades rusas anunciaron la apertura de un proceso penal por el
presunto robo de 6.500 millones de rublos (unos 160 millones de euros)
durante el desarrollo técnico del sistema GLONASS
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