La propia OIE reconoce que el incremento en
EEUU de la producción no convencional de gas (de esquistos) convertirá
muy pronto a ese país en un importante exportador de gas natural
licuado, algo que puede dar un giro copernicano al tradicional reparto
del pastel en el mercado energético.
La Unión Europea, que
busca diversificar sus importaciones a través de gasoductos, procedentes
principalmente de Rusia, podría entonces acudir al otro lado del
Atlántico para quitarse el yugo gasístico de Moscú, que aprovecha su
posición monopolística para poner precios a placer y ejercer incluso
cierto control político.
Mientras, los países del FPEG
(Argelia, Bolivia, Venezuela, Egipto, Rusia, Irán, Iraq, Qatar, Libia,
Nigeria, Omán, Trinidad y Tobago, Guinea Ecuatorial y Emiratos Árabes
Unidos) no quieren perder la ventaja de aglutinar casi la mitad de todas
las exportaciones mundiales del gas convencional y el 65 % de sus
reservas demostradas.
Los asistentes a la cumbre del FPEG
debatirán "las perspectivas del desarrollo del mercado global del gas,
los estímulos para el consumo de este combustible y los posibles pasos
coordinados encaminados a la defensa de los intereses de los países
productores", dijo en vísperas de la cumbre Yuri Ushakov, asesor del
presidente ruso, Vladímir Putin.
"De las acciones consensuadas
del los países miembros del Foro depende en gran medida el equilibrio
entre la oferta y la demanda, y en general, la estabilidad y seguridad
energéticas", subrayó Ushakov al definir la tradicional estrategia de
Rusia, interesada en contratos de suministro a largo plazo con precios
vinculados al petróleo.
El secretario general del FPEG, Leonid
Bojanovski, aseguró que esa política comercial también la defienden el
resto de los países exportadores de gas.
"Hay varios ejes en
torno a los cuales giran los intereses de los productores de gas. El
primero, la vinculación de los precios del gas a la cesta del petróleo.
El segundo elemento que estabiliza el mercado y rebaja su volatilidad
son los contratos a largo plazo", apuntó Bojanovski.
La cumbre
de Moscú será la primera oportunidad para el nuevo líder venezolano de
tomar el pulso a las privilegiadas relaciones de su país con Rusia, un
socio estratégico para Caracas desde la presidencia del recientemente
fallecido Hugo Chávez (1999- 2013).
Maduro será recibido el
martes por Putin en el Kremlin en lo que será el primer encuentro entre
los dos líderes, que aprovecharán la ocasión para "hablar sobre el
conjunto de las relaciones bilaterales, y las perspectivas de su futuro
desarrollo" en todos los ámbitos, recalcó Ushakov.
"Venezuela
es un socio muy importante para nosotros", explicó el portavoz del
Kremlin antes de recordar que es el segundo socio comercial de Rusia en
Latinoamérica después de Brasil.
El intercambio comercial
entre ambos países ha alcanzado casi 2.000 millones de dólares en 2012,
mientras que en los cuatro primeros meses de este 2013 el incremento en
este apartado ha sido del 300 por ciento en relación al mismo periodo
del año pasado, a cuenta sobre todo de los suministros militares de
Moscú a Caracas.
Putin también se reunirá el martes con el
líder boliviano, Evo Morales, y el presidente saliente de Irán, Mahmud
Ahmadineyad, con el que tratará el conflicto internacional en torno a la
política nuclear de Teherán.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: