Ambos fueron obligados a dejar sus puestos en
la embajada rusa y abandonar Alemania, apunta la citada publicación,
según la cual el caso ha complicado aún más las relaciones bilaterales
entre Berlín y Moscú.
En los próximos días se dictará
sentencia en la Audiencia de Stuttgart contra una pareja de presuntos
espías rusos que durante más de veinte años trabajó para Moscú, uno de
los procesos sobre espionaje más importantes desde el final de la guerra
fría.
Los dos presuntos espías, detenidos en 2011, tienen
algo más de cincuenta años y vivían en Alemania como una familia normal
con los nombres falsos de Heidrun y Andreas Anschlag, padres de una
hija.
La Fiscalía estima que sólo entre 2008 y 2011 podrían
haber filtrado a Rusia alrededor de quinientas notas y documentos
relacionados con la Alianza Atlántica, la UE y el Gobierno holandés, con
informaciones, por ejemplo, sobre las misiones en Kosovo, Afganistán o
Libia.
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