El caso Snowden añade tensión a las relaciones ruso-estadounidenses

La presunta estancia en la capital rusa del extécnico de la CIA Eduard Snowden, acusado por Estados Unidos de espionaje, añade un nuevo grado de tensión a las ya difíciles relaciones entre Moscú y Washington, muy lejos de su mejor momento.

El Consejo Nacional de Seguridad (NSC) estadounidense ha declarado que cree que Snowden está en "suelo ruso" y por tanto Washington espera que Rusia estudie "todas las posibilidades" para expulsarlo a EEUU y que comparezca ante la Justicia norteamericana.

"La reciprocidad en la ley es una parte importante de las relaciones", declaró hoy en Nueva Dehli el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, quien recordó que EEUU ha extraditado a Rusia a varios ciudadanos rusos.

En tanto, las autoridades rusas guardan mutismo absoluto sobre el paradero del fugitivo, de 30 años, que desveló una trama de espionaje masivo de comunicaciones por EEUU y Gran Bretaña, y que según numerosas fuentes anónimas rusas llegó ayer a Moscú procedente de Hong Kong.

Sin embargo, días antes de que los medios informativos locales situaran a Snowden en la capital rusa en tránsito hacia otro país, posiblemente Ecuador, Dmitri Peskov, portavoz del presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que Rusia estaría dispuesta a estudiar una petición de asilo del estadounidense.

"Se dice que si damos asilo a Snowden sería un acto de Guerra Fría. Pero si espiar con peluca es normal, dar asilo tampoco es un acto hostil", escribió en Twitter el presidente del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma, la Cámara de Diputados de Rusia, Alexéi Pushkov.

El legislador se refería a la detención en Moscú el pasado mes de mayo del agente de la CIA y diplomático estadounidense Ryan Christopher Fogle, cuando, disfrazado con una peluca, intentaba reclutar a un agente de los servicios secretos rusos.

"Mientras los presidentes de nuestros países han constatado su disposición a ampliar la cooperación bilateral, incluido el ámbito de los servicios secretos para la lucha antiterrorista, provocaciones como ésta y al estilo de la Guerra Fría no ayudan a la confianza mutua", se quejó entonces la Cancillería rusa.

Además de las conocidas diferencias entre Moscú y Washington sobre el conflicto de Siria, el programa nuclear iraní y otros problemas regionales, también se han recrudecido las discrepancias en los enfoques del equilibrio estratégico mundial, en particular sobre el desarme nuclear.

La reciente propuesta del presidente, Barack Obama, de reducir hasta un tercio los arsenales nucleares de ambos países fue recibida con suma frialdad por el Kremlin.

Para Rusia, la iniciativa es inaceptable debido a su rezago tecnológico respecto de EEEU en otro tipo de armas, en particular, las de alta precisión.

"No podemos permitir que se altere el equilibrio del sistema de disuasión estratégica o que se reduzca la eficacia de nuestras fuerzas nucleares", declaró Putin el pasado miércoles, el mismo día que Obama presentaba en Berlín su propuesta de desarme nuclear.

En círculos del estamento militar ruso la iniciativa de Obama fue recibida de uñas.

El presidente de la Academia de Problemas Geopolíticos, el general coronel retirado Leonid Ivashov, dijo a Efe que la iniciativa de Obama es una "propuesta artera de Estados Unidos, que se inscribe en su estrategia de alcanzar la supremacía militar".

Según Ivashov, Washington insiste en la reducción del armamento nuclear y, al mismo tiempo, prosigue el desarrollo de armas de alta precisión y de sistemas antimisiles con el fin de neutralizar el potencial disuasorio de los arsenales nucleares rusos.

Para el politólogo ruso Alexéi Makarkin, vicepresidente del Centro de Tecnologías Políticas, el "caso Snowden" no introducirá mayores cambios en el estado de los nexos entre Moscú y Washington.

"Simplemente, confirma las tendencias negativas que se han asentado en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos", dijo Makarkin a la agencia Interfax.

En todo caso, el asunto de Snowden es un nubarrón, y no menor, que planeará sobre la cumbre que Putin y Obama tienen previsto celebrar en Moscú los primeros días de septiembre próximo.

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