Los temores a una devaluación se dispararon
después de que este lunes el Ministerio de Finanzas ruso anunciara que
el próximo mes de agosto comenzaría la compra de divisas en el mercado
para cubrir las necesidades del Estado.
El titular esa
cartera, Antón Silúanov, declaró que la medida podría conducir a un
ligero debilitamiento del rublo, de entre el 3 y 6 por ciento, frente
las principales divisas.
"La palabra 'devaluación' es
completamente inapropiada. No sé de dónde ha salido todo esto", dijo el
jueves Silúanov, quien achacó a la prensa ser la causante de los temores
por la suerte del rublo.
Durante esta semana, se sucedieron
las declaraciones de altos cargos del Gobierno y de la banca a fin de
tranquilizar a la población del país, que en agosto de 1998 vio cómo de
la noche la mañana el valor del rublo se redujo a menos de un tercio.
"No hay ningún motivo para sospechar que el Banco Central bajará la
cotización (del rublo) y que ésta caerá bruscamente. Lo más importante
es no dejarse llevarse por el pánico", declaró la víspera Herman Gref,
presidente de Sberbank, el banco más grande de Rusia.
Hoy,
Nabiúlina insistió en que la fluctuaciones en la paridad del rublo
obedecen a los factores del mercados y en que "el Banco Central y el
Gobierno de Rusia desarrollan una política tendente a fortalecer la
confianza en la moneda nacional"
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