l dueño de los Patriots de Nueva Inglaterra,
Robert Kraft, restó hoy importancia a la polémica desatada en torno al
anillo de campeones del Super Bowl del 2005 y afirmó que la versión de
que fue robado por el presidente ruso Vladimir Putin era un "historia
cómica".
"Es una historia cómica y anecdótica que Robert
(Kraft) suele contar para sacar unas risas", afirmó Stacey James,
portavoz del equipo de fútbol americano.
En este sentido,
James subrayó que al presidente de los Patriots "le encanta que el
anillo esté en el Kremlin, y como ya dijo en 2005, continúa sintiendo un
gran respeto por Rusia y el liderazgo del presidente Putin.
Especialmente, le reconoce el mérito de modernizar la economía rusa".
En el escueto comunicado, el portavoz de los Patriots recuerda que la
atención creada por esa historia en 2005 provocó la creación de varios
clubes de seguidores del equipo en Rusia.
De este modo, el
conocido equipo de fútbol americano trataba de aligerar la polémica, que
alcanzó la esfera de la política internacional, después de que el
diario New York Post publicase que Kraft había afirmado que Putin se
quedó con el anillo en una visita a San Petersburgo (Rusia) en 2005.
"Tomé el anillo y se lo mostré (a Putin), se lo puso y exclamó,
'puedo matar a alguien con este anillo'", dijo Kraft en un homenaje en
la gala Medalla de Excelencia Carnegie Hall del Waldorf Astoria de Nueva
York
Rápidamente, el portavoz de Putin, Dimitry Peskov, negó
ayer esa acusación en un comunicado enviado a la cadena de televisión
estadounidense CNN, en el que aseguró que el mandatario ruso recibió el
anillo "como un regalo".
"Yo estaba de pie a 20 centímetros de
él y del señor Putin, y vi y escuché cómo el señor Kraft le dio el
anillo como regalo", aseguró Peskov, quien explicó que el anillo se
encuentra en la biblioteca del Kremlin.
Peskov agregó que las afirmaciones de Kraft son "extrañas".
En un momento en que las relaciones entre Moscú y Washington no pasan
por su mejor momento, con la falta de acuerdo para encontrar puntos
comunes sobre el conflicto sirio y acusaciones de espionaje, la noticia
alcanzó la rueda de prensa diaria del Departamento de Estado en la
capital estadounidense.
Sin embargo, la portavoz del
Departamento, Jennifer Psaki, eludió valorar la situación y se mostró
sorprendida con que se haya convertido en noticia.
"Creo que
es un tema entre él y el equipo, o el presidente o dueño del equipo, no
es algo sobre lo que me vaya a pronunciar", indicó entre sonrisas ante
las preguntas de los periodistas.
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