La Justicia rusa, según las agencias locales,
ha incoado un expediente penal por estafa empresarial en grandes
cantidades en virtud del artículo 159 del Código Penal, que estipula
penas de hasta 10 años de cárcel.
"El dinero asignado a la
reconstrucción no lo gestionaba el Bolshói. Todos los asuntos
financieros corrían a cargo de la dirección creada por el Ministerio de
Cultura", dijo Katerina Novíkov, portavoz del Bolshói, a la agencia
oficial RIA-Nóvosti.
La reconstrucción del teatro se vio
salpicada por escándalos de corrupción y conflictos urbanísticos, que
obligaron a la fiscalía rusa a abrir en su momento una investigación
sobre la presunta desaparición de fondos públicos.
Una de las
figuras más críticas con la reconstrucción del Bolshói fue el
prestigioso bailarín y coreógrafo del teatro, Nikolái Tsiskaridze, quien
denunció que las reformas no habían tenido en cuenta la opinión de los
artistas.
En particular, criticó el hecho de que una de las
modernas salas de ensayo es tan baja, que los bailarines no pudieran
levantar a sus parejas por riesgo a golpearse contra el techo.
Las críticas le han costado caras a Tsiskaridze, ya que el Bolshói ha
anunciado que no le renovará el contrato, que expira el 30 de junio,
motivo por el que sus partidarios han convocado una protesta para el
sábado frente al teatro.
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