El diplomático, que mantuvo estos días
consultas con representantes de la Cancillería rusa, destacó que Moscú
puede considerar los S-300 un armamento defensivo en su enorme
territorio, pero en Oriente Medio "se vuelve ofensivo".
"El
emplazamiento de dicho tipo de sistemas en Damasco representa la
posibilidad del abatimiento de cualquier avión -militar o civil- en todo
el territorio de Israel. Naturalmente, a nosotros nos es difícil
considerar defensivo ese armamento", subrayó.
Elkin calificó
además de "extremadamente peligrosa" la posibilidad de que el armamento
ruso caiga en manos de organizaciones terroristas como Hizbulá o de
grupos radicales islamistas que combaten en el bando opositor sirio.
"Teniendo en cuenta la inestabilidad en Siria, surge una pregunta:
¿En qué manos caerán esas armas?. Eso coloca bajo amenaza casi todo el
espacio aéreo de Israel, tanto el militar como el civil", apuntó.
El viceministro de Exteriores resaltó que Israel ha expresado a Rusia
su inquietud al respecto y afirmó que cree que "nuestro punto de vista
ha sido escuchado".
El primer ministro israelí, Benjamin
Netanyahu, viajó a mediados del mes pasado a Moscú para abordar el
suministro de este armamento, que el Kremlin ve como un factor de
contención para evitar una intervención exterior en el país árabe.
Recientemente, el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró que los
misiles S-300 aún no han sido enviados al régimen sirio de Bachar al
Asad.
"El contrato (de suministro de los S-300 a Siria) fue
firmado hace varios años. Aún no ha sido ejecutado", dijo Putin, quien
desmintió así las afirmaciones de Asad, que había anunciado a finales de
mayo que Damasco ya había recibido esos sistemas antiáereos rusos.
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