Esa será la continuación de la llamada
Conferencia de Ginebra, una suerte de cumbre de la que hace un año
surgió una declaración en la que se planteaba, por primera vez, el
establecimiento de una "entidad de gobierno transitorio" dotada de todos
los poderes para conducir un proceso de transición política.
Ese acuerdo de principio, que nunca llegó a aplicarse, generó rechazo en
la oposición siria porque no excluía una eventual participación de
miembros del régimen de Bachar Al Asad en el futuro político de Siria,
una posibilidad que Washington también ha rechazado de forma reiterada.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, y el
secretario de Estado de EEUU, John Kerry, acordaron el pasado 7 de marzo
relanzar ese proceso, que numerosos observadores consideran como la
última oportunidad para poner fin a dos años de guerra civil en Siria.
Para ello plantearon la necesidad de convocar la Conferencia de
Ginebra II durante este mes, aunque las diferencias de opiniones sobre
las modalidades de la reunión, sus objetivos declarados y los
participantes están retrasando el anuncio de fechas definitivas.
Rusia y Francia han indicado en los últimos días que los plazos son
ya muy cortos y que esa reunión internacional podría celebrarse en
julio.
A propósito de la cita preparatoria de mañana en
Ginebra, el ministro Lavrov señaló hoy en la cumbre anual entre la Unión
Europea y Rusia que su objetivo principal es convenir en la manera en
que se llevará a cabo la conferencia internacional sobre Siria.
Uno de los asuntos más delicados tiene que ver con la lista de
participantes, pues Moscú insiste en que se invite a Irán -importante
aliado de Al Asad-, a lo que se opone EEUU, según señalaron fuentes
diplomáticas.
Ya en la conferencia de hace un año, Washington
bloqueó la participación del Gobierno iraní en las negociaciones sobre
Siria en Ginebra.
En la Conferencia de Ginebra II se ha
planteado que participen además de los cinco países miembros del Consejo
de Seguridad de la ONU (China, Francia y Reino Unido, además de EEUU y
Rusia), los países vecinos de Siria -receptores de 1,6 millones de
refugiados sirios- y otros de la misma región y con influencia en el
conflicto sirio, como Arabia Saudí y Catar.
A estos últimos se
les considera como apoyos importantes, en términos de financiación y de
provisión de armas, para los grupos rebeldes opositores al régimen de
Damasco.
En el encuentro de mañana en el Palacio de las
Naciones de Ginebra, sede europea de la ONU, participarán su enviado
especial y de la Liga Árabe para Siria, Lakhdar Brahimi, y el secretario
general adjunto de Naciones Unidas para Asuntos Políticos, Jeffrey
Feltman.
EEUU estará representado por su vicesecretaria de
Estado adjunta de Asuntos Políticos, Wendy Sherman, y la secretaria de
Estado adjunta para Oriente Medio, Elizabeth Jones.
Por Rusia asistirán a las negociación los viceministros rusos de Exteriores Mijaíl Bogdánov y Gennadi Gatílov.
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