Rusia y la Unión Europea celebran a partir
de mañana una nueva cumbre en la que el conflicto sirio desplazará a un
segundo plano la agenda de Moscú, que llega a Yekaterimburgo (Urales)
sin grandes esperanzas de impulsar sus intereses en las relaciones
bilaterales con Bruselas.
Aunque el conflicto sirio ha
irrumpido con fuerza en la agenda de la cumbre, son fundamentalmente los
temas económicos los que definen las relaciones entre los dos gigantes
del continente europeo.
Los asuntos que más interesan a Rusia
en sus relaciones con la UE son la exención de visados, el Acuerdo Marco
de Asociación y la cooperación en el ámbito de la energía.
Avanzada la negociación sobre la liberalización de los visados, en las
otros dos cuestiones bilaterales apenas se han limado las diferencias en
los últimos años.
La negociación del nuevo tratado llamado a
sustituir al actual acuerdo de asociación y cooperación empezó en 2008 y
se encuentra congelada desde hace varios años por las diferencias en el
ámbito de la energía y la entrada de Rusia en la Organización Mundial
del Comercio.
"Espero que podamos volver al formato de rondas
de negociación a partir de otoño", dijo a la agencia Interfax el
embajador de Rusia ante la Unión Europea, Vladímir Chizhov.
Las relaciones energéticas (Rusia es el principal suministrador de
energía a la UE) son el principal escollo entre Moscú y Bruselas después
de que la Unión adoptara el Tercer Paquete Energético, un marco legal
que fuerza la separación patrimonial de las actividades de producción,
transporte y comercialización de energía.
Rusia insiste en que
dicho marco legal es lesivo para sus intereses y se muestra totalmente
en contra de diversificar el negocio de su gigante de gas natural
Gazprom, tal y como le exige la UE para poder operar en su territorio.
Los derechos humanos también estarán en la agenda, así como la
movilidad de los ciudadanos rusos y europeos y las negociaciones de un
acuerdo de liberalización de visados, las cuales "están cerca de su
conclusión", según fuentes comunitarias pero no tanto según Rusia.
"La última ronda de negociaciones de este asunto (la exención de
visados) mostró que los países miembros de la UE necesitan más tiempo
para alcanzar un consenso", dijo el embajador de Rusia en Bruselas.
Chizhóv precisó que "el 95 por ciento del acuerdo está cerrado", pero
sigue pendiente la aplicación del régimen sin visados a los poseedores
de los llamados "pasaportes de servicio", que se otorgan a los
funcionarios, cargos y empleados públicos rusos que viajan al exterior
en comisión de servicios.
"Algunos países miembros de la UE
proponen crear un anexo al acuerdo que refleje su preocupación sobre la
cantidad en la que podrán ser entregados los pasaportes de servicio" a
algunos ciudadanos rusos, explicó el diplomático.
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