Expertos locales coinciden en que las
perspectivas de Medvédev, quien hace relativamente poco tiempo no
ocultaba sus ambiciones presidenciales apaciguadas por "el verdadero
jefe del Kremlin", a día de hoy no son halagüeñas.
"Ayer
presidente, hoy primer ministro, mañana prefecto", esa inscripción
irónica en alusión a Medvédev en un cartel colocado por activistas en un
puente cerca del Kremlin hace un mes, aunque exagerada, ahora parece
cobrar cierto sentido.
"La dimisión de Surkov es una señal muy
grave para el Gobierno", afirmó a Efe Pavel Salin, director del Centro
de Estudios Políticos del Instituto de Finanzas del Gobierno de la
Federación Rusa.
"A mi modo de ver, éste es el inicio del fin
del Gobierno", aseguró el líder del Partido Comunista de Rusia, Guennadi
Ziugánov.
Surkov, responsable de la política de modernización
del Gobierno, se dedicó la semana pasada a defender el proyecto del
centro nacional de tecnologías e innovación de Skólkovo, conocido como
el Silicon Valley ruso, de las crecientes sospechas de corrupción.
La Cámara de Cuentas de Rusia denunció "graves infracciones
financieras" en ese proyecto, obra predilecta de Medvédev, impulsado por
él cuando era presidente.
Recientemente, Surkov criticó
duramente al Comité de Instrucción (CE) por investigar con demasiado
celo las acusaciones contra los gestores de Skólkovo en un intento de
enlodar su reputación.
Durante doce años Surkov tuvo a su
cargo en el Kremlin la política interna, incluidos los nombramientos y
elecciones de gobernadores de las regiones y presidentes de las
repúblicas y el control sobre el Parlamento y los partidos políticos.
Con todo, Salin descartó la posibilidad de que Medvédev sea
sustituido antes del final de este año por el ex ministro de Finanzas,
Alexéi Kudrin, algo que apunta el periódico ruso Nezavísimaya Gazeta,
que cita fuentes militares.
"Kudrin no cae bien a los
liberales de Medvédev, pero tampoco a los de la 'línea dura', el
'entorno militar' de Putin, partidarios de apretar las tuercas", explicó
Salin en alusión a las medidas tomadas por el Kremlin para acallar las
protestas en grandes ciudades.
Además, dijo, una inmediata
destitución del Gabinete no sería oportuna dado que "Putin necesita un
chivo expiatorio para cuando se desborde el descontento popular".
Precisamente son los "duros" quienes "tras recibir carta blanca" a
raíz de las protestas antigubernamentales de las que acusan a Medvédev y
su entorno liberal, iniciaron la campaña para desprestigiarlo, precisó
el experto.
Sin embargo, agregó, si Putin "no cumple con su
papel de árbitro" entre esas dos fuerzas, "el propio mandatario podría
ser devorado por su entorno militar".
Putin aceptó el pasado 8
de mayo la dimisión que Surkov le presentó después de que el jefe del
Kremlin acusara al Gobierno de incumplir sus promesas electorales de
mejora del nivel de vida de la población.
Durante una reciente
reunión con el Gobierno, Putin acusó a los ministros de tomarse a la
ligera sus decretos y les dio de plazo hasta fines de año para rendir
cuentas sobre su gestión.
Poco antes, Putin amenazó con
destituir a ministros y a gobernadores en una reunión a puerta cerrada
celebrada en la ciudad de Elista (república de Kalmukia).
En
un vídeo, grabado aparentemente con teléfono móvil, se veía al
mandatario ruso, quien solicitaba apagar las cámaras y luego criticó a
los asistentes a la reunión por incumplir sus órdenes.
La
difusión de las imágenes se produjo horas antes de que Medvédev iniciara
una comparecencia ante de la Duma del Estado, la Cámara de Diputados de
Rusia, para informar de la gestión del Ejecutivo durante 2012. EFE
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