Junto con los documentos que supuestamente
implican al Estado ruso en la muerte del exespía, el juez forense
excluyó asimismo de la investigación las pruebas sobre el papel de los
servicios secretos británicos en el caso.
El juez forense
retrasó el inicio de la investigación hace tres meses al considerar que
las pruebas no iban a estar listas para la fecha anteriormente prevista,
el 1 de marzo.
Ante la petición del ministro de Asuntos
Exteriores británico, William Hague, de que se mantuviera en secreto
información sensible sobre el exespía, envenenado en 2006 con una dosis
de polonio-210 radiactivo en un hotel de Londres, el juez forense invitó
a miembros del Gobierno a mantener una audiencia sobre el caso a puerta
cerrada.
El magistrado divulgó hoy su decisión tras varias
vistas a las que no tuvieron acceso los representantes legales de la
viuda de Litvinenko, Marina, cuyo marido en una nota póstuma acusó al
Kremlin de estar detrás de su muerte.
El abogado de Marina
Litvinenko, Ben Emmerson, sostuvo que el Gobierno británico está
tratando de "cubrir" el caso y le acusó de "bailar al ritmo que marca
Rusia".
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