Ban también se reunió con el ministro de
Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, para pedir la pronta
celebración de la conferencia internacional sobre Siria propuesta por
Moscú y Washington con el fin de sentar a la mesa de negociaciones a
todas las partes involucradas en el conflicto.
"La crisis en
Siria es lo primero que tenemos en nuestras mentes. Estoy profundamente
preocupado por la violencia y su terrible impacto en millones de
civiles", dijo el mandatario de la ONU al término de su encuentro con el
jefe de la diplomacia rusa.
Rusia y China, dos de los cinco
miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU con derecho al
veto, se han opuesto en varias ocasiones a la imposición de sanciones
internacionales al régimen sirio por la represión de civiles.
Por otra parte, Israel exige insistentemente a Rusia que no suministre
armamento al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, mientras
Moscú rechaza tajantemente aquellas voces en Occidente que piden dotar
de armas a la oposición siria.
Ban recordó que "Naciones
Unidas está trabajando para poner fin a violencia lo antes posible y
pasar a un nuevo futuro en el que el pueblo sirio tenga paz, libertad,
dignidad y justicia".
El máximo dirigente de la ONU dio las
gracias a Lavrov y al secretario de Estado norteamericano, John Kerry,
por la iniciativa de convocar la conferencia e insistió en su pronta
celebración debido a la gravedad de la situación en Siria.
"No
podemos perder el impulso", dijo Ban, quien destacó en la comparecencia
ante los periodistas, trasmitida en directo por la página web de la
Cancillería rusa, las "grandes expectativas" que ha generado la
propuesta ruso-estadounidense.
Al mismo tiempo, expresó su
coincidencia con la diplomacia rusa "en que una solución política
negociada es la única vía para poner fin a la crisis".
Lavrov,
por su parte, expresó el deseo de Rusia de que la conferencia sobre
Siria se celebre bajo la égida de la ONU y agregó que toda la comunidad
internacional está interesada en que la situación en Siria sea llevada
al cauce político.
"Lo más importante ahora es entender
quiénes de los sirios están dispuestos a participar en la conferencia.
Si no es así, no pasará nada", dijo el ministro ruso.
Moscú,
agregó, insiste en que en la conferencia deben participar no sólo los
representantes de los países que concurrieron el año pasado a la cita de
Ginebra, sino también delegados de Irán, Arabia Saudí y países vecinos
de Siria.
El conflicto en la península de Corea fue otro de
los asuntos más importantes que trató el secretario general de la ONU
con los mandatarios rusos, a los que trasladó "una gran preocupación por
la tensión que se mantiene" en la región "y la retórica agresiva de la
República Popular Democrática de Corea".
"Tengo la convicción
de que ambas partes deben sentarse a la mesa de negociaciones y empezar
el diálogo, al que está dispuesta a dar su apoyo la ONU", indicó Ban,
que pidió a Rusia, a los otros tres mediadores internacionales (EEUU,
Japón y China) y a las dos Coreas crear las condiciones políticas
propicias para las conversaciones.
El ministro ruso calificó
de "inaceptables las acciones emprendidas por Corea del Norte
desatendiendo las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU", pero
insistió en que "la crisis en la península de Corea no puede ser
aprovechada para militarizar la región".
"No se puede usar la
situación actual como pretexto para incrementar los arsenales de armas
en una región ya de por sí bastante compleja", señaló el jefe de la
diplomacia rusa en la rueda de prensa posterior a la reunión con Ban.
Al mismo tiempo, Lavrov señaló que la comunidad internacional debe
evitar respuestas inadecuadas a las provocaciones de Pyongyang.
"Estamos convencidos de que hay que evitar respuestas inadecuadas que
sólo podrían incrementar la tensión militar en la península de Corea y
en su entorno", apuntó Lavrov.
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