Sin embargo, a los gritos "¡Georgia, Georgia!" miles de personas rompieron los cordones policiales e inundaron la calle.
Algunos manifestantes portaban tallos de ortigas, con los que al parecer pretendían atizar a los participantes en la marcha.
Ante esta situación, la policía evacuó en autobuses a las pocas
decenas de personas que habían respondido a la convocatoria de la marcha
gay.
Los manifestantes arrojaron piedras y huevos contra los
autobuses policiales, cuyas fuerzas antidisturbios impidieron que los
incidentes pasaran a mayores.
La Iglesia Ortodoxa Georgiana,
con gran influencia en el país, había hecho un llamamiento a prohibir la
marcha gay, pero las autoridades de Tiflis indicaron que todos los
ciudadanos tienen derecho a expresarse y que su obligación es garantizar
el cumplimiento del mismo
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