La fuente agregó que "en breve se discutirán
los términos del citado vuelo, lo que incluye la elaboración y
confirmación del programa de preparación y estancia de Brightman en la
Estación Espacial Internacional".
En caso de volar a la
plataforma orbital dentro de dos años, para cuando la soprano y actriz
habrá cumplido ya 55 años, Brightman se convertirá en una de las
personas de mayor edad en viajar al espacio exterior.
La
propia artista confirmó el pasado año que Roscosmos le había informado
de que había superado con éxito las pruebas médicas y físicas, por lo
que podía comenzar los entrenamientos en el Centro de Entrenamiento de
Cosmonautas Yuri Gagarin, situado en las afueras de Moscú.
Y
precisó que comenzaría el curso de turista espacial, de seis meses de
duración, después de que concluya la gira mundial programada para el año
próximo.
El pasado año algunos representantes de la industria
espacial rusa manifestaron sus sospechas sobre que las ambiciones
espaciales de Brightman podrían ser en realidad una campaña de promoción
de la cantante británica para vender discos.
"No es la
primera vez que ocurre algo así. Hace muchos años surgió la posibilidad
de enviar un cantante al espacio que superó las previas médicas y con el
que ya se planeaba firmar un contrato", aseguró el pasado año Serguéi
Krikaliov, jefe del Centro de Entrenamientos de Cosmonautas.
Rusia decidió suspender las visitas turísticas a la EEI debido a la
falta de espacio, ya que ahora la tripulación de la plataforma se ha
duplicado hasta seis tripulantes, y a la decisión de EEUU de suspender
los vuelos de sus transbordadores.
La EEI abrió sus puertas a
siete turistas espaciales: el estadounidenses Denis Tito (2001) fue el
primero en viajar a la plataforma, mientras la estadounidense de origen
iraní Anousha Ansari fue la primera mujer turista en viajar a la
estación (2006).
El fundador del "Cirque du Soleil", el
canadiense Guy Laliberté, fue el último neófito en alojarse en la EEI,
desde donde dirigió un espectáculo celebrado en los cinco continentes
para alertar al mundo sobre el problema de la escasez del agua.
Rusia recurrió al turismo espacial a principios de la pasada década,
debido a la grave crisis de financiación que afectó a su programa
especial tras la caída de la Unión Soviética, la primera potencia en
enviar un hombre al espacio exterior en 1961.
Al principio, la
decisión rusa de enviar turistas al espacio fue muy mal recibida por la
NASA estadounidense, que consideraba que la presencia de neófitos en la
plataforma distraería a los inquilinos permanentes de la EEI.
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