Casi tres décadas después de los hechos, los
médicos bielorrusos observan entre la población del país la persistencia
del llamado "síndrome de Chernóbil", un trastorno de ansiedad
relacionado con fobias a la radiación y el cáncer.
El síndrome
afecta más a las mujeres que a los hombres, hecho que "perjudica sobre
todo a los niños, que sienten con más agudeza las preocupaciones de sus
madres y abuelas", según expertos bielorrusos citados por la agencia
rusa Interfax.
La mayor parte de los habitantes de las zonas
más contaminadas del país sufren ansiedad y estrés postraumático,
mientras que uno de cada dos jóvenes bielorrusos de entre 19 y 25 años
tiene miedo a la radiación.
Esta fobia afecta también al 40
por ciento de las personas con edades comprendidas entre los 41 y 50
años, testigos de la tragedia, y en una medida algo menor a los
bielorrusos mayores de 51 años, mejor adaptados para vivir en
condiciones extremas, según los expertos.
Cada año, los
médicos diagnostican enfermedades oncológicas a entre 250 y 300 menores
de edad bielorrusos, siendo la leucemia la más frecuente.
También las autoridades de la vecina Ucrania recordaron hoy a las
víctimas de Chernóbil y señalaron que las pérdidas económicas acumuladas
desde 1986 como consecuencia del accidente alcanzarán los 180.000
millones de dólares en 2015, el equivalente al PIB anual del país.
El presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, agradeció a la Unión
Europea, Estados Unidos, Japón y Canadá su participación en el fondo
destinado a paliar las nefastas consecuencias de la tragedia.
Según datos oficiales, la explosión nocurrida en la madrugada del 26 de
abril de 1986 en el cuarto reactor de la central de Chernóbil esparció
hasta 200 toneladas de material con una radiactividad de 50 millones de
curies, equivalente a 500 bombas atómicas como la lanzada en Hiroshima
durante la Segunda Guerra Mundial.
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