Navalni aseguró que "el régimen ocupador y
corrupto" le quiere castigar por sus denuncias de corrupción contra
funcionarios y corporaciones estatales como el Banco de Comercio
Exterior (VTB) o Transneft, el monopolio de transporte de hidrocarburos.
Según el opositor, el objetivo del proceso judicial es forzarle a
participar en la lucha política fuera del marco de la ley y no como
legítimo candidato en unas elecciones.
Navalni subrayó que las
autoridades no le perdonan la campaña "vota por cualquier formación en
vez de por el partido de sinvergüenzas y ladrones", en alusión al
partido del Kremlin, Rusia Unida, que lanzó antes de las elecciones
parlamentarias de 2011.
En relación a la acusación, expresó su
incomprensión por el hecho de que la investigación no haya ordenado un
pormenorizado análisis financiero y contable sobre el caso del presunto
robo de 16 millones de rublos (poco más de medio millón de dólares).
Considerado uno de los mayores enemigos del presidente ruso, Vladímir
Putin, Navalni es acusado de robo a la empresa maderera estatal
Kirovles, a la que en 2009 habría aconsejado firmar un supuestamente
desventajoso contrato de compra de madera.
Al respecto,
destacó que existen recibos de pago de que el dinero fue reembolsado a
Kirovles y que el contrato fue comercial, mientras añadió que la
acusación no dispone de ningún documento que demuestre que el precio fue
manipulado artificialmente para sacar beneficio.
El tribunal
rechazó hoy tanto la petición de los abogados del bloguero de devolver a
la Fiscalía el caso, como de revocar al juez que preside el caso,
Serguéi Blinov.
"El juez ya antes del comienzo de las
diligencias expresó su interés en el resultado del caso y demostró que
las partes no dispondrán de las mismas posibilidades y que el juicio no
será justo", señaló Olga Mijáilova, abogada de Navalni.
Además, al rechazar la devolución del caso a la Fiscalía, según la
defensa, Blinov "demuestra que el juez ya tiene una opinión formada
sobre la culpabilidad del acusado".
Mientras, Blinov, quien
según la prensa local no ha emitido ni un fallo absolutorio durante los
últimos dos años, aseguró que los materiales presentados por la Fiscalía
permitirán emitir un veredicto.
El tribunal Leninski de la
ciudad de Kirov, situada a unos 900 kilómetros al este de Moscú, reanudó
hoy la vista del juicio, que comenzó hace una semana.
El
opositor, uno de los organizadores de las protestas contra el fraude
electoral en diciembre de 2011, las mayores desde la caída de la URSS,
podría ser condenado a diez años de cárcel si es declarado culpable
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