Todo ello, según la cancillería, pese a "los
hechos obvios (...) confirmados por los organismos internacionales
competentes" que demuestran "acciones ilegales y terroristas de
agrupaciones paramilitares de la oposición".
Moscú dejó claro
que "votará en contra" del proyecto que pone toda la responsabilidad de
lo que ocurre en el régimen sirio de Bachar al Asad, mientras la
oposición tiene patente de corso ante las críticas internacionales.
Rusia junto a China -ambos no han dejado de vetar las resoluciones
del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria- mantiene que el
conflicto sirio debe ser resuelto mediante el diálogo y la negociación
de Al Asad con los opositores.
Entre ellos la Coalición
Nacional Siria (CNFROS), considerada ya por algunos países, entre esos
los que integran la Liga Árabe, como el único interlocutor de Damasco.
El Kremlin ha reiterado que no apoya ni a Al Asad ni a los rebeldes, y
que el objetivo político de Moscú es frenar la violencia en un país que
es su último aliado en Oriente Medio.
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